Catequesis sobre la Misión

Jubileo MSC | Equipo MSC del Jubileo

75 Años de Vida Misionera. 

Jubileo de Los MSC en la República Dominicana 1936-2011 

¿Por qué las catequesis?
En el marco de los 75 años de presencia de los Misioneros del Sagrado Corazón en la República Dominicana, presentamos estas cuatro catequesis para ser compartidas en nuestras parroquias misioneras durante el mes de octubre, mes de la misión.
Hemos destacado cualidades de la misión y aunque las hemos referido cada una a un misionero en particular, sin embargo, hemos de decir, en honor a la verdad, que ellas han identificado el ser y el hacer de los MSC durante estos 75 años de vida misionera (Presentación de P. Rafael Rodríguez, Superior Provincial).

¿Cuáles valores destacan las catequesis?
La tenacidad, el servicio, el celo apostólico y la bondad son cuatro actitudes que han permitido que los MSC vayan dando frutos en estas tierras dominicanas.
Con la mención de los padres Cipriano Fortín, Marcelo Simard, Santiago Godbout y Reynaldo París, estamos reconociendo el esfuerzo tesonero de cada uno de los Misioneros del Sagrado Corazón durante su presencia en esta Iglesia dominicana.

¿Cómo se estructuran?
Con una pedagogía catequética, cada una de ellas tiene un objetivo, una motivación, un hecho de vida al que sigue la escucha de la Palabra de Dios; una reflexión y finalmente, un compromiso.
Los objetivos son:
1. Reconocer el valor de la tenacidad y la perseverancia en la tarea misionera.
2. Descubrir el valor del servicio en la vida misionera.
3. Suscitar, en nuestra Comunidad, apóstoles de Jesús que actúen en su nombre y con la autoridad y la confianza dada por el Señor a su Iglesia hace más de dos mil años; y
4. Recuperar y potenciar cada día el valor de la bondad en el trabajo misionero. La bondad es una inclinación natural a hacer el bien, con una profunda comprensión de las personas y sus necesidades, siempre paciente y con ánimo equilibrado

¿Cuáles son las motivaciones para la misión?
El valor de la tenacidad: Guiados por el ejemplo misionero del Padre Cipriano Fortín, sumarnos a la tarea misionera lanzada por nuestros obispos en Aparecida, en colaboración con toda la Iglesia, según el mandato de Cristo: ¡vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio!
El valor del servicio: Quien no vive para servir, no sirve para vivir (Adagio popular). El servicio es la más alta posición que puede tener el ser humano (Indira Mahatma Gandhi).
“Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido sin para servir y dar su vida en rescate por muchos”.
El valor del celo apostólico: Se necesitan misioneros de corazones grande, entregados al servicio de la misión, capaces de llevar el Reino de Dios a todos los hombres y mujeres; misioneros que con su testimonio denuncien las malas ideologías del mundo y las injusticias reinantes.
El valor de la bondad: Ser bondadosos perfecciona el espíritu de una persona, porque sabe dar y darse sin miedo a verse defraudado, dando apoyo y entusiasmo a todos los que lo rodean, es la fortaleza que tiene quien sabe controlar su carácter, sus pasiones y sus arranques, para convertirlos en mansedumbre.

¿Cuáles compromisos proponen las catequesis?
- Como un valiente misionero, me comprometo hasta la meta, hacia el premio al que Dios me llama desde lo alto por medio de Cristo Jesús y no doy un paso atrás.
- Me comprometo a servir a Dios y a mis hermanos. Cada miembro de la Comunidad debe de asumir un compromiso para la semana y para la vida.
- Cada uno debe asumir un compromiso para la semana, un compromiso que le ayude a crecer en el espíritu misionero.
- Que toda nuestra vida y nuestras obras, estén movidas por un espíritu de bondad. Y reconocer en los hermanos el valor de la bondad y animarlos a que vivan según el Espíritu.

P. Cipriano Fortín, msc
El Padre Cipriano Fortín. El Padre Fortín había nacido en la Beauce de Quebec, Canadá. Al ser destinado a la República Dominicana, él adoptó su nueva patria y permaneció en ella hasta la muerte. A semejanza de san Pablo, la enfermedad lo castigaba pero no lo tumbaba. El Padre Fortín se destacó en la parroquia La Altagracia de Santiago. Supo poner en movimiento a los hombres y mujeres de su tiempo. Fundó los Caballeros de la Altagracia y promovió otros movimientos que incluían a la juventud y a la niñez.

P. Marcelo Simard, msc
El Padre Marcelo Simard fue hombre de servicio, abierto para todos en todas las comunidades a donde le tocó vivir y trabajar. Nació en Ste-Anne, Chicoutimi, Canadá, en 1916, fue ordenado sacerdote el 28 de junio de 1942 y llegó a la República Dominicana en 1948. Misionero incansable, de vida espiritual profunda, gran devoto del Corazón de Jesús y de la Santísima Virgen, enamorado de su vocación sacerdotal y con un amor grande a la Eucaristía, a la Iglesia y a su Congregación; supo combinar su vida de oración con una vida de trabajo apostólico, de entrega generosa y abnegación.

P. Santiago Godbout, msc
El Padre Santiago Godbout, conocido como Padre Chago”, “el escritor” o simplemente “El amiguito”, como muchos le llamaban cariñosamente, nació en la ciudad de Lauzon, en la Provincia de Québec, Canadá, en el año 1913. En el mes de septiembre del 1952 llega República Dominicana este joven sacerdote, lleno de amor y con gran deseo de entregarse totalmente a su nueva patria. Santiago era un misionero inquieto, creativo, sonriente, amable y muy dinámico, se preocupaba por la formación de sus feligreses. Este hombre no trabajaba solo, él sabía que “muchas manos hacen ligero el trabajo” se convirtió en un maestro en eso de trabajar y hacer trabajar

P. Reynaldo Paris, msc
El Padre París, como les decíamos comúnmente, llegó a República Dominicana el día 8 de octubre de 1955. Aquí estuvo realizando su labor misionera, mayormente en la pastoral parroquial. El P. Reynaldo París era una persona sencilla y de compañía muy agradable. Un hombre cordial, cercano y con un gran don de gente. En este sentido, fácilmente hacía amistad con los demás. Tenía un buen juicio práctico, libre de prejuicio y especulación. Era un misionero de una piedad fuerte y sólida. Para él la vida común era esencial y tenía una facilidad admirable para vivirla. Era un hombre muy atento y servicial.