Espiritualidad Litúrgica | Roberto Núñez, msc: “Pero padre, aquí eso siempre se ha hecho así…”
«La pastoral en clave de misión pretende abandonar el cómodo criterio pastoral del “siempre se ha hecho así”» (EG 33).
Permítanme amables lectores empezar este pequeño artículo del mes de julio citando al Papa Francisco en su Exhortación “La alegría del Evangelio”. Lo que el Papa dice de la pastoral, en el número 33 de Evangelii gaudium, se puede aplicar perfectamente a la liturgia.
Cuántas veces hemos escuchado, o dicho esta frase casi mágica: “Es que aquí siempre se ha hecho así”. Y, evidentemente, que es mucho más fácil quedarnos ahí, en el siempre se ha hecho así. Es lo que ha regido y, lamentablemente, continúa rigiendo en muchas comunidades y parroquias, lo que se ha llamado la “ley de lo mínimo”.
Y cuánto hemos empobrecido la liturgia con esta práctica. Cuántas iniciativas truncadas. Cuánto esfuerzo renovador, promovido por el Concilio Vaticano II, puesto por el suelo con esta simple frase. Pero detrás de todo esto, hay algo más que una frase. Es toda una práctica.
Francisco nos dice: “Invito a todos a ser audaces y creativos en esta tarea de repensar los objetivos, las estructuras, el estilo y los métodos evangelizadores de las propias comunidades”. Esa invitación puede asumirse, también, en la liturgia. Audaces y creativos en la tarea de repensar los objetivos, las estructuras, el estilo y los métodos litúrgicos, en nuestras celebraciones litúrgicas.
Francisco dice también de la pastoral: “Exhorto a todos a aplicar con generosidad y valentía las orientaciones de este documento, sin prohibiciones ni miedos”. ¿No se puede decir eso también de la liturgia? Yo digo que sí.
El Papa, con su estilo, ha ido rompiendo con las prácticas “normales” del papado y la curia. En él lo del “siempre se ha hecho así” no tiene un buen aliado. Eso de por sí es ya una primera invitación a que revisemos nuestros métodos y prácticas. Nos invita a un sabio y realista discernimiento.
El hacer las cosas de manera diferente, con nuevos métodos, no significa necesariamente una renuncia a todo lo anterior. Lo que está bien y ha funcionado, propuesto por la Iglesia, hay que mantenerlo. Pero lo que desde el Vaticano II se nos ha ido proponiendo, busca responder a las necesidades litúrgicas de hoy.
San Juan XXIII, en un gesto profético, abrió las ventanas para que entrara el aire fresco. Francisco continúa abriendo ventanas. No las cerremos nosotros, empeñándonos en el “siempre se ha hecho así”. No tengamos miedo a emprender la aventura de vivir la liturgia como algo vivo. Algo que tiene que ver con mi vida diaria, con mis alegrías y penas, mis miedos y mis esperanzas. Celebremos lo que vivimos y vivamos lo que celebramos.
Permitámonos ser audaces y creativos a la hora de celebrar la Sagrada Liturgia. Aprovechemos los espacios que cada día se van abriendo para ir formándonos litúrgicamente. Y quien no ha tenido esa oportunidad, pida ayuda, busque asesoría cualificada y de seguro que podremos pasar del “siempre se ha hecho así”, al “podemos hacerlo de otra manera, de otras maneras”.
Paso a paso podremos ir descubriendo y aceptando que el que siempre se haya hecho así, no significa, necesariamente, que se haya hecho bien. Nos interesaremos en celebrar cada vez mejor y lo podremos alcanzar si lo asumimos con generosidad y valentía. ADH 781
lunes, 18 de agosto de 2014
Espiritualidad
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