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    jueves, 16 de octubre de 2014

    54 Asamblea de la CONDOR

    CÓNDOR | Hna Carmen Lucia Pereira, mscs. Secretaria General.  
    CONFERENCIA DOMINICANA DE RELIGIOSOS Y RELIGIOSAS-CONDOR 

    LIV Asamblea General de los Superiores y Superioras Mayores

    Del 6 al 8 de Octubre de 2014 estuvieron reunidos 42 Superiores /as Mayores de la Conferencia Dominicana de Religiosos y Religiosas – CONDOR.
    Con el tema central: Betania hacia el año de la Vida Consagrada. Desde la celebración Eucarística de apertura por Monseñor Cardenal de Jesús López Rodríguez fuimos entrando en la dinámica del compartir. Estuvo reflexionando con nosotros y nosotras el tercer vicepresidente de la CLAR y presidente de la Conferencia de Religiosos de Bolivia el P. René Cardozo, SJ. La ponencia nos llevo a reflexionar y cuestionarnos desde:
    LA ALEGRÍA COMO VOCACIÓN
    En estos últimos tiempos, hemos recibido una serie de llamados y provocaciones a vivir la ALEGRÍA como vocación específica nuestra. LA ALEGRÍA DEBE SER la manera en la que vivimos nuestra vocación, y como manera en la que testimoniamos ella. El ícono de Betania es el paso de la tristeza de muerte a la ALEGRÍA DE VIDA.
    «Quería deciles una palabra, y la palabra era alegría. Siempre, donde están los consagrados, siempre hay alegría». Papa Francisco.
    «La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús. Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría». El incipit de la exhortación apostólica Evangelii gaudium resuena, en la línea del magisterio del Papa Francisco, con una sorprendente vitalidad: llama al admirable misterio de la Buena Noticia que, acogida en el corazón, transforma la vida. Se nos narra la parábola de la alegría: el encuentro con Jesús enciende en nosotros la belleza primigenia, esa belleza del rostro que irradia la gloria del Padre (cf. 2 Cor 4,6), cuyo fruto es la alegría.
    Nos podemos preguntar: Por qué tantos llamados a vivir nuestra vocación con ALEGRÍA? O tal vez: ¿Hemos perdido la ALEGRÍA EN LA VIDA RELIGIOSA?
    Es muy posible que como Superiores Mayores, o Delegados, o responsables, estemos cargados de muchas angustias. Quizá sentimos que estamos en un mundo demasiado complejo, con las nuevas tecnologías, con las redes sociales, con la globalización, las guerras de religión, etc.
    Quizá sentimos que los jóvenes son «demasiado» distintos a nosotros, demasiado «otra cosa». «La vida religiosa ya no es la misma».
    Dios trae el AMOR, la VIDA, la DONACIÓN, la ALEGRÍA. Tenemos las experiencias de Lázaro. Y toda la acción de Dios en el Evangelio, y del Espíritu en Pentecostés.
    LA POBREZA COMO CONDICIÓN
    La experiencia de Betania es una experiencia de profunda pobreza y fragilidad. La lógica de la alegría de Dios es en la humildad, en la pequeñez, en la fragilidad. Es la lógica de la alegría de Dios. Dios se manifiesta así, nace así, vive así, muere así, resucita así. Es lo que evangélicamente se llama «hacernos como niños», abandonadas y abandonados a nuestro papá. La alegría de saber que tenemos un Dios que nos ama, que ama lo pequeño, lo frágil, lo despreciado. Podemos preguntarnos si vivimos nuestras pobrezas con alegría. Si sentimos que una VC más pobre, más pequeña, más marginal, menos triunfal, menos poderosa, nos hace felices. Una VC pobre, para los pobres, siempre ha sido una identidad clara para nuestros Fundadores.
    Por un lado podemos preguntarnos hasta qué punto nuestras realidades materiales e incluso apostólicas, exceden una misión pobre y modesta. Si la VC no está demasiado cargada de estructuras, obras, casas, cuyo mantenimiento y sostén nos agobia cada día más.
    Pero también podemos hablar de escenarios emergentes en la VC:
    • «Una vida consagrada que sea encarnación viva de la mística, la profecía y la esperanza.
    • Una vida consagrada con un estilo de vida más minoritario pero más significativo y evangélico.
    • Una vida consagrada con la presencia interpelante, activa y protagónica de las nuevas generaciones.
    • Una vida consagrada impulsada por la dinámica de la intercongregacionalidad y la interculturalidad.»
    • Así la VC está llamada a vivir dentro de una realidad pobre, dedicada al servicio allí conde Dios clama a través de los más pobres.
    • Se trata de una VC más nazarena, minoritaria, sin grandes recursos, sin grandes aparatos, y más bien misionera, y trabajando en comunión y equipo.
    LA FRATERNIDAD COMO DON
    El Espíritu Santo también enriquece a toda la Iglesia evangelizadora con distintos carismas. Son dones para renovar y edificar la Iglesia. No son un patrimonio cerrado, entregado a un grupo para que lo custodie; más bien son regalos del Espíritu integrados en el cuerpo eclesial, atraídos hacia el centro que es Cristo, desde donde se encauzan en un impulso evangelizador.
    En la medida en que un carisma dirija mejor su mirada al corazón del Evangelio, más eclesial será su ejercicio. En la comunión, aunque duela, es donde un carisma se vuelve auténtica y misteriosamente fecundo. Si vive este desafío, la Iglesia puede ser un modelo para la paz en el mundo.
    La diversidad tiene que ser siempre reconciliada con la ayuda del Espíritu Santo; sólo Él puede suscitar la diversidad, la pluralidad, la multiplicidad y, al mismo tiempo, realizar la unidad.
    En cambio, cuando somos nosotros los que pretendemos la diversidad y nos encerramos en nuestros particularismos, en nuestros exclusivismos, provocamos la división y, por otra parte, cuando somos nosotros quienes queremos construir la unidad con nuestros planes humanos, terminamos por imponer la uniformidad, la homologación. Esto no ayuda a la misión de la Iglesia. LA FRATERNIDAD ES DON Y PROYECTO DE DIOS PARA LA HUMANIDAD (Jn 17, 21).
    Contemplemos a la humanidad. Sintamos la humanidad en nuestro corazón, recemos por toda la humanidad, para que el proyecto fraterno de Dios se vaya haciendo realidad en toda la humanidad y nosotros contribuyamos efectivamente y con Espíritu en este proyecto. Nuestras comunidades no son mas que un grano de arena en una gran playa. Un granito de mostaza, en medio de un proyecto de fraternidad humana y humanizadora.
    Como Jesús pregunto a Marta, en Betania, podemos sentir la pregunta de Jesús: ¿Crees en una comunidad nueva y resucitada, en una humanidad nueva y resucitada, en el proyecto del Reino hasta los confines más recónditos del mundo?
    En nuestra Asamblea también estuvieron presentes en la ponencia los y las coordinadores/as de las Filiales. Los trabajos de grupos nos dejaron unas propuestas para dar continuidad en el caminar de la CONDOR principalmente en preparación para la apertura del Año de la Vida Consagrada.
    • Explorar las maneras de vivir en alegría. Alegría conectada con el servicio a los hermanos. BUSCAR EL ENCUENTRO PERSONAL CON JESUS. La alegría que brota de dentro.
    • La esperanza pascual de María. Necesidad de reconstruir y recuperar la esperanza.
    • No perder la audacia. Las cosas nuevas. La novedad. Cambiar el mundo, soñar, no para brillar. Salir de nuestras casas e ir al mundo que nos necesita. Romper los esquemas.
    • La importancia de la comunidad. No se transmite alegría sin comunidad.
    • Crisis como oportunidad para crecer y levantarnos.
    • Lograr un equilibrio entre la oración y la acción.
    • Relacionarnos desde la autenticidad y la sinceridad.
    En el caminar de nuestra asamblea también fue elegido un vocal para unirse a la Junta Directiva de la CONDOR. Agradecemos el Padre David Pantaleón sj, que estará haciendo parte de la Junta Directiva. Agradecemos a los Consagrados y Consagradas que ayudaron en esta Asamblea, a nuestro Nuncio Apostólico Mons. Jude Thaddeus Okolo. Somos cada día invitados e invitadas a seguir caminando como Condor desde las decisiones aprobadas en la Asamblea y con esta alegría de anunciar la buena nueva de Jesús desde donde estamos.

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