• Noticias

    sábado, 3 de diciembre de 2016

    Juventud y esperanza

    Vocacionales | P. Osiris Núñez, msc


    Juventud y esperanza
    Hemos terminado un ciclo litúrgico e iniciamos uno nuevo: el adviento y luego continuamos con la navidad. El adviento se caracteriza por ser el tiempo litúrgico de la esperanza. Las lecturas nos hablan de prepararnos para una nueva etapa en nuestras vidas y para la humanidad. Se espera un cambio, una manifestación de Dios prometida y anunciada por medio de los profetas; manifestación de Dios que se hace concreta en la encarnación de su Hijo en la humanidad.

    Quisiera hacer una relación entre el sentido de este tiempo litúrgico y la realidad, podríamos decir antropológica, de los jóvenes en nuestra sociedad:
    La invitación primera de este tiempo es que vivamos con esperanza de cara al futuro; esta esperanza se concretiza en la preparación personal y comunitaria para el tiempo venidero. Si leemos las lecturas bíblicas de este tiempo, vamos a notar que se enfatiza mucho en prepararse, en cambiar de vida, en esperar, en estar en expectativa, etc.
    Por lo tanto, el esperar, el estar en expectativa constante debe ser una actitud fundamental de cada cristiano y por consiguiente, esta esperanza en el futuro lleva a prepararse para lo que se espera. Esta realidad no se limita a un tiempo litúrgico, sino que se enfatiza en un tiempo, pero debe vivirse durante toda la vida.
    Ahí está la propuesta. ¿Pero cuál es la realidad? Analizando la realidad juvenil de nuestra tiempo, podemos percibir la siguiente situación: los jóvenes de hoy día viven sin pensar mucho en el futuro, y la misma sociedad incita a eso; se piensa más en el presente, en el día a día que se vive, es el ahora y ya, el mañana veremos cómo nos llega; desaparecen los sueños, los ideales ya no son tan sublimes, no hay utopías; si hay sueños, ideales, utopías responden a realidades cortas, pasajeras, superficiales y materiales. Si prestamos atención a las expresiones culturales que la juventud utiliza, como por ejemplo, la música, nos daremos cuenta de esta realidad: se habla de vivir el día de hoy, de gozar al máximo, disfrutar, tener, poseer cosas que ofrece el mercado, relaciones interpersonales que solo responden a la satisfacción del placer personal, etc.
    No es que toda la realidad juvenil sea así, pero hay una gran tendencia hacia esta manera de asumir la vida hoy.
    Si nos consideramos cristianos, debemos asumir lo que Jesús nos propone. Y como jóvenes no debemos vivir pensando de una manera tan limitada, materialista y superficial. El joven que sigue a Cristo, vive con esperanza y alegría, no basándose en el ahora, en el momento, en la materialidad de la vida, sino que está basada en metas mayores que llevan a la realización plena del ser humano y la realización de una sociedad más humana y cercana a Dios. Es vivir de cara al futuro, preparándose, asumiendo retos, alcanzando metas, realizando proyectos personales que realmente que lleven a la superación constante, creyendo firmemente que se puede lograr un mundo mejor como lo quiere el mismo Jesús.
    Seguir a Cristo no sólo se trata de una profesión de fe, sino también de asumir un estilo de vida que realmente manifieste la acción de Dios en la persona y en el mundo. Todo esto lo resumo en este verso que expresa la esperanzan en un futuro brillante:

    Fijado en el espacio infinito de románticos atardeceres,
    se cierne lentamente la profunda  y oscura noche,
    y la tranquilidad que embarga mi corazón me llena de ilusión
    de que al amanecer, la justicia y la esperanza, 
    se levanten radiantes como el sol de cada mañana, en nuestro horizonte infinito


    ADH 897

    No hay comentarios:

    Publicar un comentario

    Promueve el diálogo y la comunicación usando un lenguaje sencillo, preciso y respetuoso...

    Para Vivir Mejor


    Entradas Recientes



    La Familia


    Amigo del Hogar | Revista

    Orientada esencialmente a la familia desde una visión humano-cristiana, la Revista Amigo del Hogar nace en el año 1942, como obra evangelizadora de los Misioneros del Sagrado Corazón (MSC).

    ¿Quiénes Somos?

    Somos una comunidad religiosa fundada por el P. Julio Chevalier en el año 1854, en Issoudun, Francia. El proyecto al que buscamos ser fieles es, desde el Corazón misericordioso de Jesús, anunciar el amor de Dios al mundo.

    Temas de Salud


    Entradas populares