Salud Mental y estigma (1)
Durante centurias la mente humana ha sido objeto incesante de investigación, abordada desde una óptica prismática por filósofos, sociólogos, teólogos y médicos; sin embargo apenas nos estamos adentrando en los albores de entender conceptos imprescindibles como: ¿qué es la mente? ¿dónde está localizada? y, ¿cómo funciona el engranaje que mantiene en armonÃa este portentoso aparato que nos distingue de los homÃnidos?
Nada hay más intrincado que la mente humana y la salud en su definición incluye integralmente el bienestar fÃsico y mental, pero no puede haber salud real si no hay sanidad mental. ¿Qué acontece pasar que este reloj se descomponga?
Como en toda dolencia médica, se citan factores plurigénicos: genéticos, ambientales y elementos inherentes a cada persona.
El Ser Humano está definido como un ente biopsicosocial, no ahondaremos sobre este tópico ya que no es el objeto de nuestra entrega actual, pero recalcaremos que desde Engels ya estaba claro que la dualidad mente -cuerpo como paradigma tradicional de la psicopatologÃa serÃa reemplazado por el constructo biopsicosocial que propone que todos los estadios del proceso salud-enfermedad están apoyados sobre este trÃpode.
Aquel concepto individualista de una mente que gobierna una máquina, el cuerpo, quedarÃa desfasado de manera indefectible por el modelo holÃstico en el que convergen sistemas y subsistemas interconectados de manera dinámica y transaccional, de aquà que un desbalance en esta triada (biológica/psicológica/social) puede desarticular la salud mental. ¿Pero cuándo y cómo? ¿Sobre cuál de nosotros penderá la espada de Damocles?
¿Es el resultado de un neurotransmisor insuficiente en nuestro sistema nervioso? ¿del fallecimiento de un padre? ¿de una jubilación que sigue a 30 años de trabajo digno amparados vergonzosamente por una pensión pÃrrica y los ojos de una sociedad que excluye cuando más vulnerable somos?
¿Cuál es la entelequia del asunto? Lastimosamente no existe esa respuesta. Lo que sà está claro es que nadie está exento a padecer una enfermedad mental y aunque los factores predisponentes están bien descritos, no respondemos de manera homogénea a los mismos estresores, un gatillo puede ser tan sutil como un hecho cotidiano, aquà me parece oportuno citar a Bukwosky el poeta “no es la muerte de su amor, sino el cordón de su zapato que se rompe cuando tiene prisa, lo que lleva al hombre a un manicomio”.
Por ende nuestro deber es documentarnos, anular estigmas ante afecciones como: la depresión, la bipolaridad, el TOC (trastornos obsesivos compulsivos); pero sobre todo ante desórdenes como la esquizofrenia. Gente como usted y como yo ha sido marcado sin elegirlo, un dÃa se les abrió la caja de pandora y no hubo vuelta atrás. No podemos sentirnos ajenos, ni alienarlos.
El temor y el rechazo anida en el desconocimiento de las mismas, ignorándolas y escondiéndolas, contribuimos a perpetuar un circulo vicioso de un hombre enfermo en una sociedad enferma, imposibilitamos su reinserción social y su camino hacia una vida digna. Este año de la misericordia es propicio para romper mitos (ver próxima entrega) y cambiar patrones aprendidos. Consideremos que en suma la vida es como la calzada de Emaús.
Un Jesús resucitado camina a nuestro lado pero no le reconocemos, en nuestra miopÃa humana solo logramos ver un enfermo mental. ADH 806.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Promueve el diálogo y la comunicación usando un lenguaje sencillo, preciso y respetuoso...