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    martes, 25 de julio de 2017

    La Corresponsabilidad

    Valor del Mes |  P. Juan Tomas Garcia, MSC



    La Corresponsabilidad  
    El Valor del mes de Julio, en nuestro itinerario del Plan Pastoral es LA CORRESPONSABILIDAD. En Junio estuvimos profundizando sobre la COMUNIÓN. La comunión exige una Iglesia corresponsable. Todos somos Iglesia y todos hacemos la Iglesia. Como dice el Vaticano II, «La Iglesia entera es misionera y la obra de la evangelización es un deber fundamental del Pueblo de Dios». 



    ¿Qué significa corresponsabilidad? Significa que en la Iglesia todos los miembros son, de alguna manera, necesarios. Nadie es superfluo o inútil. Nadie ha de ser considerado como innecesario. Nadie sobra. Significa que todos los miembros en la Iglesia han de ser activos. Nadie ha de considerarse sólo y exclusivamente pasivo, objeto de la acción de los demás. Todos estamos llamados a construir la Iglesia y a participar activamente en su misión evangelizadora. «La Iglesia no está verdaderamente formada, ni vive plenamente, ni es representación perfecta de Cristo entre las gentes, mientras no exista y trabaje con la jerarquía un laicado propiamente dicho... Por eso, desde la fundación de la Iglesia hay que atender, sobre todo, a la constitución de un laicado maduro».
    La corresponsabilidad no significa que todos en la Iglesia tengamos idéntica misión o que todos podamos y debamos hacer lo mismo. En la Iglesia hay diversidad de carismas y, por tanto, diversidad de vocaciones y funciones. Pero cada uno recibe su carisma para el bien de toda la comunidad, cumple su misión propia dentro de la comunidad y lo hace en colaboración y complementariedad con otros fieles, portadores de otros carismas y funciones.
      Por tanto, en la Iglesia todos somos corresponsables, aunque no todos seamos responsables de la misma manera, con el mismo carisma y en los mismos campos de acción. Se trata de una corresponsabilidad orgánica y diferenciada, propia de un organismo vivo. Recordemos la imagen utilizada por San Pablo del cuerpo con diversos miembros (1 Co 12, 4-30). 
    Las exigencias de la corresponsabilidad 
    La corresponsabilidad exige ir avanzando hacia una distribución adecuada de las tareas y responsabilidades en un clima de comunicación y complementariedad. Todos, laicos, consagrados y consagradas, hemos de ir encontrando nuestro sitio en la comunidad eclesial. No se trata de promover a los laicos para que absorban tareas y funciones que son propias de los consagrados. Ni tampoco de que los presbíteros lo sigan monopolizando todo, incluso lo que han de hacer los laicos. Corresponsabilidad no significa dejadez por parte de los sacerdotes, ni traspaso de responsabilidades propias a otros, sino distribución y animación adecuada de todos los carismas.
    La corresponsabilidad exige, por tanto, que: laicos y presbíteros asuman su propia responsabilidad, realicen su servicio con generosidad, sin inhibirse, sin caer en la pasividad, sin desentenderse o actuar como meros espectadores; exige también no extralimitarse, respetar el carisma de los demás, confiar en los otros, colaborar, no invadir campos, no acaparar otros carismas y funciones, ejercer el sentido de complementariedad.
    Desarrollar la Pedagogía de participación 
    Es necesario desarrollar mucho más una pedagogía de responsabilidad y participación: Confiar en las personas, dar responsabilidades, promover experiencias protagonizadas por laicos, por modestas y limitadas que puedan parecer. Ofrecer campos nuevos a los laicos, desarrollar las posibilidades de las personas, acompañar en su crecimiento, capacitar, formar...
    Para que todo esto no quede sólo en buena voluntad es necesario asegurar cauces de participación y corresponsabilidad: asambleas, consejos, comisiones... De lo contrario, la corresponsabilidad queda bloqueada. El único camino es el de que cada quien asuma una responsabilidad y que pueda ser formado para vivir adecuadamente su misión comunitaria.
    Como Amigo del Hogar circula en Julio y agosto en un mismo número, señalo que el valor del mes de Agosto: ASOCIARSE, se agota perfectamente viviendo la corresponsabilidad en las comunidades cristianas y sabiendo asociarnos a otras fuerzas que actúan en nuestro ambiente y que promuevan valores humanos y cristianos. Les deseo a todos y a todas un verano agradable. ADH 814.

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