
A lo largo de mi vida he cometido varios errores, unos grandes y otros insignificantes, pero a fin de cuentas, errores. Sin embargo, del que más me arrepiento es de haber escogido a mis amigos en base a mis necesidades, es decir, a lo que tenían para ofrecerme: prestigio, buena fama, diversión, estatus, comodidad, etc. Siempre rechacé a todo aquél que no cumpliera con mi “check list”, sin importar la nobleza de corazón, los buenos sentimientos, la generosidad, el respeto, en fin, la verdadera amistad que podían ofrecerme.
Hoy pienso en todos aquellos que no dejé entrar en mi corazón y en mi vida y me siento triste, por ellos y por mí.
Si pudiera regresar el tiempo no cometería tantos errores, sería más flexible. Buscaría en mis amigos sus valores más característicos y trataría de ayudarlos a crecer; me tomaría la vida con menos superficialidad, tratando de aprovechar cada oportunidad para conocer gente nueva y para brindar mi amistad a todo aquél que me la pida.
Quizá tendría más problemas, pues me comprometería verdaderamente con mis amigos, pero también tendría más hermanos dispuestos a ayudarme en momentos de dificultad. Trataría de no tener ninguna enemistad, de hecho buscaría tener solamente buenos amigos.
Lupita Fernández, masalto.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Promueve el diálogo y la comunicación usando un lenguaje sencillo, preciso y respetuoso...