Cuando llueva para arriba
Cuando llueva para arriba, tendremos energía eléctrica en todo el país sin que se tenga que pagar apagones, al igual que podremos salir de nuestras casas sin que los ladrones nos asechen pa’ tumbarnos con los enseres. Al igual que la taza de feminicidio será nula como también el desempleo.
Cuando llueva para arriba nuestros niños tendrán una educacion de primera, pública y con profesionales competentes, también los salarios de los tutumpotes serán muy parecidos a los de los médicos, maestros y militares y mi querida Samaná tendrá doliente al fin y será prospera a base de la agricultura sostenible, pesca responsable y turismo respetuoso.
“Cuando llueva para arriba”, solía decir mi padre, sintiendo que no podía cumplir con mi deseo por que no tenía el menudo para hacerlo, ahí quedaban mis aspiraciones de ir a ver el desfile de carnaval.
No quiero dañar el positivismo que debe privar en muchos que se venden como nacionalistas rencorosos, defensores de valores que en nada son cristianos o evangelizadores, a ustedes pesimistas les digo que un mejor país es posible lejos de caricaturas democráticas y servilismos rancios.
Aquí en Estados Unidos llueve siempre, pero dicha lluvia no moja a todos, sino a unos cuantos y si no estás dispuesto como migrante a fajarte bien fajado nunca verás ni siquiera una llovizna. Digo migrante porque, aunque vivas aquí eres un viajero, no naciste aquí y tu acento capitaleño, Sur o Cibao te recuerda que por mas nieve que veas o abrigos que te pongas serás dominicano de pura cepa. ADH 831.
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