La salud y la mesura
En una ocasión leí una frase de Proust que resonó en mi corazón como un tambor, que me hizo recordar algo que no sabía y digo que no sabía porque ciertamente hasta ese instante no la había visto escrita, sin embargo, desde entonces la llevo de bolsillo donde quiera que voy, cuando ando por un lugar y lo vuelvo a desandar: “El único y verdadero viaje de descubrimiento consiste no en buscar nuevos paisajes, sino en mirar con nuevos ojos”.
Segunda vuelta desganada, una plaza tumultuosa de la ciudad capital, gente que no levanta la cabeza, gente acompañada, gente acompañada pero sola y ahora sí… Ahora me fijo en una exposición sobre los Derechos humanos que está montada en la galería central, un trabajo talentoso y acicalado, la muestra fue preparada por estudiantes de octavo grado y aunque para mi disgusto está en inglés, perfecto eso sí, quedo maravillada por el maduro enfoque que dan los jóvenes al tema.
Tal vez en tercera fila, que es falible mi memoria resalta un “Tableau” debajo en letra negra y en inglés otra vez perfectísimo reza “Deja de pensar en las cosas no importantes”, las imágenes hacen referencia a la vanidad, a la cultura líquida, al narcisismo y la psudofelicidad que promociona el espectro de las redes sociales.
¿Por qué este tema debe ser enfocado desde la óptica sanitaria? No es solamente porque la salud es un derecho inalienable al ser humano, es más bien porque esta desorganización post moderna del amor y a la vida misma nos está llevando a un campo minado de enfermedades físicas y mentales, estamos cediendo gustosa y banalmente un derecho que ha costado siglos de sangre y sudor a valiosas generaciones.
Quiero partir desde una conceptualización primaria y antiquísima de la OMS cuando en 1948 definió la Salud como el estado de completo bienestar físico, mental y social, esta definición fue dinamizándose para concluir décadas después que “La salud es un estado de bienestar físico, mental y social, con capacidad de funcionamiento, y no sólo la ausencia de afecciones o enfermedades», pudiendo también definirse como el nivel de eficacia funcional o metabólica de un organismo tanto a nivel micro (celular) como a nivel macro (social), es decir que cuando a la sociedad no se le preserva su bienestar o su eficacia funcional no se le está proveyendo salud y si no se le provee salud a todas luces se está quebrantando un derecho universal.
La filosofía, la biblia, los manuales de salud nos invitan a vivir en la mesura por eso hoy día la salud no solo se trata de ausencia de enfermedad si no de encontrar el equilibrio entre el soma (cuerpo), la psiquis y la sociedad, la Quaestiones Disputatae* sería si nuestro accionar diario se está convirtiendo en un caldo de cultivo no solamente para afecciones propias sino que además podríamos estar dejando un legado insano a las nuevas generaciones, heredando una sociedad enferma, un patrimonio de heridas irreversibles a nuestros hijos.
Es nuestra responsabilidad autoevaluarnos diariamente a luz del amor ya que con cada derecho hay un deber que le hermana y hacer acopio de las palabras de G. Mistral “Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú. Donde haya un error que enmendar, enmiéndalo tú. Donde haya un esfuerzo que todos esquivan, hazlo tú. Sé tú el que aparta la piedra del camino." ADH 835.
*Tema de debate
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