lunes, 9 de marzo de 2020

La escuela con espíritu cristiano

Educación | Pedro María Orbezua, fsc. 


“¡QUE LA ESCUELA VAYA BIEN!” SBDLS
 … con espíritu cristiano

Repasamos: una escuela es de calidad porque cumple con su “función reguladora”, ¡porque enseña “a vivir bien” …! Y ahora añadimos un tercer rasgo: porque enseña a vivir bien, atención, “con espíritu cristiano”.

Primera aproximación. Apta para cualquier escuela. ¿Seguro? Que sí, seguro.

La escuela, sea cual sea, más allá de que se declare confesional o laica, privada o pública, debe presentar a sus alumnos -fíjense que escribo “debe”, es por lo tanto una obligación- la figura de Jesús de Nazaret.

Sí, hermanos. Por una sencilla razón que expreso con palabras de J.A. Pagola: “Sé que Jesús es de todos, no solo de los cristianos. Su vida y su mensaje son patrimonio de la Humanidad. Tiene razón el escritor francés Jean Onimus cuando manifiesta su protesta: «¿Por qué ibas a ser tú propiedad privada de predicadores, de doctores y de algunos eruditos, tú que has dicho cosas tan simples y directas, palabras que todavía hoy son para todos palabras de vida?»

Al igual que Sócrates, Confucio, Buda -continúe usted la lista- Jesús aporta una sabiduría válida para el ser humano que desea y busca vivir como hay que vivir.

Baste un ejemplo. De seguro se saben al dedillo la hermosísima parábola de “El buen samaritano”. ¡Tal narración contiene una sabiduría que es legítima para todo hijo de vecino, sea ateo, agnóstico o lo que le dé su realísima gana! Sabiduría que “nos muestra, de entre lo mucho que podemos hacer, lo que merece ser hecho”.

De eso se trata. En el actual laberinto de la vida necesitamos, a modo de brújulas, las sabidurías. Una de ellas, claro que sí, la sabiduría de Jesús de Nazaret.
  

“… Podemos hablar de una ¨antropología educativa samaritana¨. Jesús de Nazaret vivió como un buen samaritano.

Constituirse como persona consiste, según el Evangelio de Jesús de Nazaret, en aproximarse a todos aquellos que están en los márgenes y en las periferias sociales y económicas de los diversos países, a todos los humillados y ofendidos, a todos los oprimidos, explotados o excluidos. Esta aproximación tiene la finalidad de contribuir activamente a su liberación. Para lograr esta personalidad e identidad humana hay que formar el corazón samaritano, la inteligencia samaritana y la acción samaritana.

Jesús de Nazaret pone a un samaritano como el prototipo de ser humano porque “se hizo prójimo” del que estaba sufriendo. “Tuvo compasión de él”, “se acercó”, y “lo cuidó”.


Es una de las grandes narraciones de la historia para fundamentar la compasión como uno de los valores fundamentales en la educación de la personalidad”

Educación y cambio ecosocial”. Rafael Díaz Salazar.


Segunda aproximación. Caso de que nos reconozcamos y reconozcan como escuela cristiana, damos un paso al frente y mostramos a la comunidad educativa completa un “horizonte de trascendencia”: ¡Jesús-Cristo!

Él es el Evangelio, la Buenísima Noticia que nos conmueve y emociona y que nos deja con “un no sé qué que queda balbuciendo” (San Juan de la Cruz). Es el Camino, la Verdad y la Vida… Es la Vid y unidos a él, damos frutos. Es el Pastor que nos conoce por el nombre y nos encamina a praderas de verde grama. Es la Luz, que nos ilumina en el oscuro misterio de la vida y la muerte… Es el Pan que calma las hambres más profundas y el Vino que aviva el corazón y nos pone en pie las alegrías y los gozos más recónditos. Es el Agua que aplaca y sacia nuestra sed de inmortalidad… Es la Puerta al Amor insondable…la Fotografía de Dios íntimo y compasivo… el Paradigma y Prototipo de ser humano. Es el Amigo entrañable…  el Pana “full” … el Compañero del alma tan querido… el Hermano mayor…

Es Todo y Más. “¡Te necesito, Señor, porque sin ti mi vida se seca! ¡Necesito sentirte dentro! ¡Necesito sentirte alrededor!” (Teilhard de Chardin).

Anunciémosle sin sonrojo. A Jesús y su Proyecto. Ojalá te encuentre y me vaya contigo, Jesús, el hombre para los demás, extrañamente libre, pendiente siempre de la voluntad del Padre -su sueño y proyecto de fraternidad universal- que alimenta y marca tu ser y tu quehacer: ¡abrir caminos para que el Reinado de Dios se vaya haciendo realidad! ¡Cuenta con nosotros!

Sin sonrojos ni medias tintas, recuperemos en nuestras escuelas, dizque cristianas, lo esencial, medular e indispensable: ¡Jesús y su Proyecto!

De esta manera, la Escuela será ese espacio de salvación donde los niños, las niñas y los jóvenes crecen como personas, criaturas a imagen y semejanza de Dios, más aún, sus hijos amados e hijas amadas, caminando los caminos de sus vidas “fijos los ojos en Jesús”.

¡Viva Jesús en nuestros corazones y escuelas! ¡Por siempre! ADH 842

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