Desde
los tejados | Manuel Maza, S.J./ mmaza@pucmm.edu.do
La
transparencia que nos falta
Jesús fue
un hombre transparente. El Evangelio de hoy nos lo presenta exhortando así a
sus discípulos: “Lo que les digo de noche, díganlo en pleno día, y lo que
escuchen al oído pregónenlo desde los tejados” (Mateo 10, 26 – 33).
El mensaje
de Jesús estaba tan lleno de verdad y de luz, que se podía gritar desde los
tejados, el punto más alto de aquellos pueblitos de la Galilea del siglo
primero.
En su
Mensaje del 27 de febrero del 2015 los obispos dominicanos señalaban “la
debilidad institucional” como fuente de desasosiego.
Entre
nosotros, “se tiene la sensación de que basta ser guapo y prepotente para
imponerse y hacer lo que le parezca en las instituciones y en los ambientes en
que se vive”. Esa debilidad institucional se percibe en lo que toca a “…la
salud, la vivienda, la sanidad, el descanso, el trabajo, la circulación
pública, la seguridad personal, la realización de contratos y la justa
distribución de los bienes y servicios públicos”.
Esta
debilidad institucional se refleja especialmente en los aspectos fiscales, es
decir, en la manera en que el Gobierno recauda y gasta los recursos que son de
todos los dominicanos. Al gasto público todavía le falta mucha transparencia,
lo que a su vez es indicio de políticas públicas poco articuladas.
La mayoría
de la gente siente que el gasto del Gobierno no impacta consistentemente su
vida cotidiana, experimentando un mayor sentimiento de inseguridad.
En muchos
casos, la inexistencia de transparencia en el modo en que se utilizan los
fondos públicos lleva a mucha gente a preguntarse: “¿se están usando
adecuadamente los dineros de todos? (Nos. 28-30)”.
Que todos
los funcionarios declaren sus bienes y habremos dado un paso hacia la
transparencia, base de la justicia y del orden que nos faltan.
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