domingo, 27 de septiembre de 2020

Mujeres dan asistencia y apoyo a Jesús

Reflexiones | Telésforo Isaac, Obispo Emérito Iglesia Episcopal/Anglicana    

 


Mujeres dan asistencia y apoyo a Jesús

 

La Semana Santa es un tiempo propio para recordar y ponderar en las relaciones entre los componentes y los activistas en la comunidad presente en Jerusalén en torno al juicio y crucifixión de Jesús de Nazaret. Es necesario tener fortaleza espiritual y voluntad para seguir el ejemplo de las mujeres y otras personas benévolas que asistieron y apoyaron a Jesús el Crucificado en hacer lo imprescindible para lograr el bien común. Veamos pues, una escena para que sirva de reflexión.

 

Toca tomar en consideración las particularidades de los personajes envueltos en lo sucedido en Jerusalén, en el caso del profeta Jesús de Galilea, quien dijo ser “Hijo de Dios”, (Juan 3:16), y lo aseveró diciendo: “yo estoy en el Padre y el Padre está mi”. (Juan 14: 11).

 

Es propicio meditar en el trato dado a Jesús por los jefes religiosos judíos, Caifás y Anás y el Sanedrín (tribunal y consejo de sabios judío); por Poncio Pilatos, autoridad gubernamental del imperio de los Césares; por los soldados guardianes del templo; por el personal del palacio administrativo y todos aquellos que tuvieron involucrados directa o indirectamente en la traición, apresamiento, negación, juicio, condenación y crucifixión de Jesús.

 

De manera específica debemos enfocarnos en las mujeres para ver sus moralidades, asistiendo a Jesús, brindándole apoyo y servicios, y acompañándole hasta el pie de la cruz. Se debe recalcar la presencia de las Tres Marías que pueden ser catalogadas como representativas de una trilogía de las virtudes de “maternidad” en María la madre del Señor; de “familiaridad” en María Salomé, la madre de los hijos de Zebedeo, y “fraternidad-solidaria” de María Magdalena, mujer mencionada en muchas referencias en diferentes etapas de la vida de Jesús de Nazaret.

 

En la composición de las “Tres Marías”, tenemos a María, la madre de Jesús a quien el ángel anunció esta afirmación: “Dios te ha bendecido más que todas las mujeres, y ha bendecido a tu hijo”. (Lucas 1:42); sin embargo, cuando el niño nació y fue llevado ocho días después al templo para ser presentado, un hombre justo y piadoso llamado Simeón hizo saber proféticamente: “Que este niño está destinado a hacer que muchos en Israel caigan o se levanten… pero todo esta va a ser para ti (María) como una espada que atraviese tu alma”. (Lucas 2: 35). Esta dolorosa experiencia fue cumplida de manera visual, contemplada con ignominia en el monte del Calvario y es una presentación de “maternidad” sufrida.

La otra persona presente allí en el tétrico escenario, podría ser considerada como moralidad de “familiaridad”. Ella es María Salomé, hermana de la Virgen María, esposa de Zebedeo, madre de Juan y Jacobo (Santiago el Mayor), quien está presente para dar soporte emocional como miembro de la familia.

 

La tercera fémina es María Magdalena y representa la “fraternidad- solidaria”. Esta señora fue una de las mujeres que Jesús curó de enfermedades, por lo que fue agradecida y solidaria con Jesús asistiéndole, apoyándole hasta el lugar donde fue crucificado en el Gólgota.

La figura de la Tres Marías, el empeño y constante dedicación de ellas, debe ser ejemplo para seguir por los cristianos y toda persona de buena voluntad.  ADH 844

 

 


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