miércoles, 16 de septiembre de 2020

Pablo en Corinto

Lectura Orante | P. Marcos Plante, msc




Pablo en Corinto

 

Corinto era el primer puerto marítimo de Grecia. Una ciudad muy comercial y, por ende, un lugar de encuentro cultural y religioso. Pablo permanecerá allí mismo 18 meses, hasta fines del año 52. Léase en Hechos 18, 1-6, la primera aventura de Pablo en esta gran ciudad.

 

1° Interpretación: Pablo, misionero incansable dejó Atenas donde encontró poca respuesta a su discurso en el Areópago, y se dirigió a la gran ciudad de Corinto. Allí, halló una comunidad judía con quien entabló relación de amistad y confianza. Se ligó de amistad con un par de esposos judíos, Aquila y Priscila, expulsados de Roma por un decreto del emperador Claudio. Ambos eran posiblemente cristianos, pues en Roma se había predicado desde temprano la Buena Nueva del Reino gracias a los primeros discípulos que habían huido de Jerusalén. Además de ser judíos, Aquila y Priscila eran de mismo oficio; se dedicaban a fabricar tiendas como Pablo. Todos los sábados, en la sinagoga, Pablo trataba de convencer a la comunidad judía de que Jesús era el Mesías. Pero muy aferrados a su ley, los hermanos judíos le respondían con insultos de modo que Pablo sacudió el polvo de sus vestidos, queriendo así liberarse del yugo de la ley judía para dedicarse a los hermanos griegos más abiertos al mensaje cristiano. Una decisión transcendental que se volverá histórica. Sus compañeros en la misión, Silas y Timoteo, llegaron, a petición suya, de Macedonia para prestarle apoyo. Juntos decidieron consagrarse a la evangelización de los paganos de los cuales resultamos nosotros descendientes por herencia.

 

2° Meditación: Admiro a Pablo que sabe adaptarse a cualquier circunstancia. Allí donde se rechaza el mensaje, él busca otro escenario donde la gente está más atenta a sus palabras. Se rodea de personas de apoyo como la pareja judía de Priscila y Aquila y sus colaboradores Silas y Timoteo. En la misión o apostolado, no se actúa en franco tirador aisladamente, sino que el discípulo se escolta de hermanos. Y donde no hay respuesta al mensaje, sin desanimarse por la poca acogida, se busca otro escenario. Siempre el Espíritu Santo abrirá caminos.

 

3° Oración: Tú eres bueno e indulgente, Señor, lleno de amor con los que te invocan. Señor, escucha mi plegaria, pon atención a la voz de mis súplicas. A ti clamo en el día de mi angustia, y tú me responderás. Los paganos vendrán para adorarte y darán gloria a tu nombre. Porque eres grande y haces maravillas, tú solo eres Dios. Salmo 86, 5-10. En la oración, el misionero encuentra tu auxilio, Señor, y confiado, anda por los caminos del mundo.

 

4° Contemplación: Estoy entre los colaboradores de Pablo, y me animo al ver a Pablo hablando en la sinagoga. Los judíos lo reciben con cariño, pero cuando ven que les revela al Mesías Jesús de Nazareth que el consejo de los ancianos ha condenado a muerte de cruz, sospechan a Pablo de hereje y empiezan a discutir rechazando todo lo que dice. Entonces Pablo decide liberarse del yugo judío y decide, de modo solemne, dedicarse a la conversión de los griegos. Yo aprecio que, por esa decisión histórica de Pablo, mis antepasados abrazaron la fe cristiana. ADH 837


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