jueves, 26 de noviembre de 2020

¿Qué pasa si pides disculpas a tus hijos?

Familia | Sandy Yanilda Fermín


 

¿Qué pasa si pides disculpas a tus hijos?

Según nos dice la palabra de Dios en el Salmo 86, 5: “Tú, Señor, eres bueno y perdonador; grande es tu amor por todos los que te invocan”. Así también nosotros los padres, por tal motivo debemos pedirles disculpas de corazón a nuestros hijos, con humildad y amor les damos el ejemplo de perdonar. Nosotros somos amorosos y si tenemos que llorar hay que hacerlo.

No somos perfectos, nos podemos equivocar, cometemos errores y en un momento dado podemos tomar decisiones equivocadas. Para mucha gente adulta hay un error al pensar que si piden perdón están mostrando debilidad o pierden autoridad delante de sus hijos.

Si pedimos disculpas, por el contrario, le damos la oportunidad a nuestros hijos de aprender a resolver sus propios de problemas en lo que se refiere a reconocer fallos y errores. Todos necesitamos perdonar y ser perdonados. Si pedimos disculpas les damos también la oportunidad de avanzar en la reconciliación, así el hogar es como una escuela donde aprendemos a resolver conflictos, enfrentar desacuerdos y sanar heridas de situaciones desagradables o de incomprensiones.

Steven Hayes, nos aclara que el no perdonar o pedir disculpas a alguien nos pone en un contexto de sufrimiento, el cual también podríamos transmitir a nuestros hijos.

Si pedimos disculpas, colaboramos con la buena autoestima de nuestros los hijos al sentir la seguridad consigo mismos acerca de las posibles consecuencias de sus acciones. Esto hará que se cree un buen modelado de autoestima saludable.

Pedir disculpas a nuestros hijos hace que uno se sienta feliz con uno mismo y ver esa sonrisa de felicidad en ellos nos llena de tranquilidad a paz. El ambiente de paz, de reconciliación y confianza será entonces verdadero, no ficticio; la comprensión mutua crece, porque perdonar o disculparnos libera, genera un ambiente favorable.

Se acerca el tiempo de Navidad, lo vamos preparando con el Adviento, donde renovamos nuestra esperanza. Vamos a promover la armonía y la paz en nuestros hijos a través de una disculpa sincera, de un perdón auténtico. Que nuestras familias sean lugares de encuentro, de compartir, porque eso es Navidad.

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