Mensaje
| CLAR
Venas abiertas de América Latina y el
Caribe
MENSAJE
Hemos iniciado la travesía por el Adviento,
anclados a la esperanza y conscientes de la realidad del continente.
La contemplación de la realidad se constituye en
un ejercicio que supone agudizar el oído, nos ubica en salida y nos dispone a
caminar con nuestro pueblo en condición de guardianes de la vida, la dignidad
humana y el bien común.
El 1971, el escritor uruguayo Eduardo Galeano,
publicó el libro titulado “Las venas abiertas de América Latina”, en el cual
hace un recorrido por la historia del continente para retratar las
problemáticas que nos hermanan: inestabilidad política, económica y social, y
sus dolorosas consecuencias, visibilizadas en la pobreza, la corrupción, la
desigualdad y las dictaduras.
La realidad de nuestros pueblos, le sigue imponiendo
a la Vida Religiosa, el reto de escuchar y atender con nuestra mirada
contemplativa aquellas situaciones que nos urgen a situarnos del lado de la
vida, para continuar desentrañando y asumiendo la dimensión profética en
respuesta al clamor de Dios en las distintas personas y contextos (Cfr. HI
CLAR).
Desde la convicción de que contemplar nos
moviliza a convertirnos y a comprometernos, los invitamos a poner los ojos
en la realidad de nuestro continente, a dejar resonar sus clamores, a hacer
nuestros los desvelos por la democracia, la justicia, la libertad y el derecho.
Se trata de VER, como condición para que el
Misterio de la Encarnación acontezca.
VER el estallido social que surgió en Guatemala cuyo detonador
reciente fue el enérgico rechazo popular al mayor presupuesto de su historia,
más de 12 mil millones de dólares aprobados de forma opaca, ilegal y aumentando
el endeudamiento externo. No obstante, el aumento de más de 2 mil millones
respecto del de 2019, reducía la ya miserable inversión social en educación,
salud, amparo a lactantes y, en general, en combatir la pobreza.
VER las protestas sociales en contra del régimen
cubano,
en apoyo al Movimiento San Isidro. El clamor por la libertad que ha llevado a
algunos a hacer una huelga de hambre como medida de protesta y que ha
posibilitado que los religiosos ubicados en el territorio se encuentren,
reflexiones, oren juntos y busquen caminos de compromiso.
VER el estallido social en Perú a causa del cambio
de gobierno. Esa inmensa movilización de la sociedad peruana que
consiguió sacar a un gobierno sin legitimidad ciudadana. Reconocer los abusos
de fuerza que se cometieron y amenazaron el derecho a movilizarse.
VER la situación de Venezuela, el pueblo que
no cesa de peregrinar en busca de mejores condiciones de vida. Tantos hombres y
mujeres que indignados resisten. La coyuntura social y política que se vive de
cara a las elecciones actuales.
VER el despertar de la protesta de Colombia, ante las
permanentes masacres colectivas, los asesinatos de líderes sociales, la
injusticia y los empeños por debilitar los acuerdos de paz.
VER el paso de los huracanes IOTA y ETA por
nuestra querida Centroamérica, los mismos que golpearon las islas caribeñas de
Colombia, San Andrés y Providencia y que al tocar tierra en la costa noreste de
Nicaragua han causado fuertes lluvias, provocando inundaciones y deslizamientos
de tierra que amenazaron la vida en zonas de Colombia, Honduras, Nicaragua,
Guatemala, Belice, El Salvador, Costa Rica y Panamá. Esta realidad nos levanta
en gestos solidarios, lanzando planes de respuesta urgente para ayudar a los
damnificados.
VER el abandono de nuestra Querida Amazonía, aún olvidada
y desprotegida, sin tregua para su tragedia, ahora a causa de los efectos de la
pandemia.
¡Nos duelen tantas realidades de nuestra Querida
América Latina y el Caribe!
Ver la realidad, escuchar el clamor, acompañar a
nuestro pueblo, nos lleva a constatar que nuestro continente no para de
desangrarse. Pero, el sudor y la sangre que abonan nuestra tierra, se
constituyen en humus fecundo, apto para que surja la vida nueva.
Hoy más que nunca debemos unirnos como Vida
Religiosa para llenar una vez más nuestras tinajas de Palabra, vida y profecía,
pasando por el corazón, en este tiempo de ADVIENTO, la sentida oración de
nuestro profeta Pedro Casaldáliga:
Porque
lo espero a Él, y porque espero
que,
al encontrarlo, todos nos veamos
restablecidos
por el sol primero
y
el corazón seguro de que amamos;
porque
no acepto esa mirada fría
y
creo en el rescoldo que ella esconde;
porque
tu soledad también es mía;
y todo yo soy una herida, donde
alguna sangre mana; y donde espera
un
muerto, yo reclamo primavera,
muerto
con él ya antes de mi muerte;
porque
aprendí a esperar a contramano
de
tanta decepción: te juro, hermano,
que
espero tanto verlo como verte.
El Tiempo y la Espera, 1986
Que con María la mujer habitada, renovemos la
esperanza en este tiempo tan especial en el que se nos invita a levantar la
cabeza porque “la liberación ya se acerca”.
Presidencia de la CLAR Equipo de Teólogas/es
Asesores de la Presidencia Secretariado General de la CLAR. Bogotá, D.C., 7 de
diciembre de 2020
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Promueve el diálogo y la comunicación usando un lenguaje sencillo, preciso y respetuoso...