Solidaridad | Redacción de Radio Seybo
El mejor reconocimiento: saber que nuestro trabajo merece la pena
El pasado 17 de octubre, Radio
Seybo ganaba el Premio del Público en la 8ª Muestra de Cine y Video en Defensa
de la Vida y el Territorio. Cuando en agosto nos planteábamos participar en esta muestra,
organizada por la Red Tz’ikin de Realizadores-as Independientes de Guatemala, nos empujaba
sobre todo el deseo de dar a conocer las injusticias de
las que somos testigos, tantas veces, el equipo de personas que integramos la
emisora. En la muestra participaron 40 obras de 12 países de toda América Latina y El Caribe y sabíamos que habría
muchas historias de lucha que contar, como así fue.
La temática propuesta por la organización de la muestra: “La comunidad ante la pandemia”, nos fue delimitando la decisión sobre cuál de las luchas en las que, de una manera u otra, nos hemos visto involucrados queríamos contar. Pero fue sobre todo la memoria reciente de los los desalojos cometidos por Central Romana hacía poco más de un mes, lo que nos decidió a narrar precisamente esos acontecimientos y los que había pasado después de ese 9 de julio. Así comenzó la preparación de “Un techo propio”.
Recibir este reconocimiento al trabajo de las personas que hacemos esta radio fue, sin duda, ese empujoncito que de vez en cuando necesitamos para confirmar lo que ya sabemos: que merece la pena lo que nos ocupa.
Teníamos mucho que
contar. Queríamos hablar de
los desalojos, claro está, de la brutalidad e impunidad de Central Romana, que ejerce su fuerza
sin miramientos porque se sabe intocable en esta región del planeta.
Pero también queríamos contar la resistencia de las familias, que estaban
volviendo a construir en el mismo lugar de donde habían sido desalojados unas semanas
antes, queríamos hablar de su
decisión de asumir el riesgo a ser nuevamente expulsados, porque la situación
en que les ha colocado esta pandemia no les da opción de tener miedo a un nuevo
desalojo. Pero sobre todo, queríamos mostrar esa fe en
que algún día
tendrán un techo propio al que llamar hogar y la certeza de
que, sólo permaneciendo unidos, trabajando y cuidándose mútuamente, van a
conseguirlo. Y todo esto, teníamos que contarlo en los 5 minutos
que debía durar la obra;
todo un reto.
Otro reto fue elegir a los y las protagonistas. Contábamos con muchos minutos grabados
de sus testimonios, minutos llenos de decepción y
esperanza, de indignación y confianza, de fuerza y súplica; minutos llenos de
vida y comunidad, de vida a pesar de la pandemia y a pesar de
Central Romana. Porque al final, lo que narramos no fue
más que eso: vida. Quizás
sólo
un pequeño pedazo de las vidas con las que nos cruzamos acá, quizás
sólo
una pequeña muestra de realidad, pero de una realidad que nos toca y nos motiva
a seguir trabajando.
Recibir el premio del público fue emocionante sin duda,
los días previos andábamos mirando las votaciones a cada rato, contando cada
voto que nos acercaba a ese reconocimiento y contando cada persona que
había visto nuestro
corto, porque eso significaba una persona más a la que habíamos acercado una realidad que no suele ocupar
portadas de periódicos ni minutos en televisión.
3.823, ese fue el número de votos que conseguimos y que nos
permitió ganar el Premio del Público; aunque el video
se reprodujo más de 14.700
veces. Esto lo hemos celebrado incluso más; 14.700 son muchas personas, personas que ahora
conocen la lucha de estas familias y nuestra propia lucha por seguir a su lado.
Además de este premio
del público que tanto nos emocionó, el jurado quiso conceder a “Un techo propio” una mención
honorífica por “la fuerza que refleja el registro in situ
de un abuso de la policía ante una demanda básica de la población como es el
derecho a una vivienda digna”. Jannette
Paillan (Chile), integrante del jurado explicaba la motivación de esta mención: “valoramos el estar justo en el momento,
atreverse a sacar su teléfono o su cámara, para registrar
un hecho de violencia, que habitualmente o muchas veces
nos toca vivir cuando se generan estos desalojos; hay cero consideración por
niños, por mujeres, por los pocos enseres que puedan existir. Creemos que ese
es el rol de los documentalistas y los realizadores, sobre todo comunitarios”
Como radio, queremos estar presentes en las noticias
que nos llegan, poder contar de primera mano los acontecimientos que preocupan
a quienes nos escuchan; pero además,
como
radio comunitaria que somos, es precisamente en estos acontecimientos que
atentan contra los derechos y dignidad de las personas de nuestra comunidad, donde queremos estar. Para registrar
esa realidad y contarla, pero también para acompañar a las personas protagonistas de
esa noticia, para decirles que estamos ahí, a su lado, que donde su voz no llegue haremos lo
posible por hacerla llegar. Recibir este reconocimiento al
trabajo de las personas que hacemos esta radio fue, sin duda, ese empujoncito que de vez en cuando necesitamos para
confirmar lo que ya sabemos: que merece la pena lo que nos ocupa.
Por último, a quienes escucha, apoyan y creen en nuestro
trabajo: celebren con nosotros y nosotras este premio, porque también es suyo. Adh 851
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Promueve el diálogo y la comunicación usando un lenguaje sencillo, preciso y respetuoso...