jueves, 14 de enero de 2021

El pan de la casa

Vivencias | Yris Rossi

 


El pan de la casa

 

Santiago Rossi (Don Chago) mi amado padre, hace algún tiempo y puesto a realizar uno de sus sueños a la hora de jubilarse, construyó un horno de hojalata para hacer el pan de la casa.

 

Para ello se auxilió de Maritza y de Luichy que eran sus amasadores: Luichy hacía la primera amasada y Maritza hacia la segunda.

 

Después el pan era colocado en varios moldes de hojalata (también fabricados por él).

 

Este pan olía a cielo, tenía cuerpo, sabía a bueno y lo comíamos uno cada día en el desayuno.


Ese pan era más que un sabor y un olor: era una inefable vivencia familiar

 

Recuerdo aquel horno color plata, de dos pisos, colocado debajo de la chimenea de nuestra cocina y encima de uno o dos de los fogones de carbón donde se cocinó, hasta que llegó entonces la novedosa estufa de gas con su horno.

 

Al pasar los años yo he tenido la oportunidad de probar pan en algunos lugares, "buenos panes" y siempre lo asocio con el pan de la casa; viniendo a mí el recuerdo de ¡el mejor pan del mundo! ¡Aquel pan hecho por papi y mis hermanos! Era también el pan para la familia, era más que un sabor y un olor: era una inefable vivencia familiar.

 

Con el tiempo he descubierto que en la familia algunos han seguido la tradición: Maritza, kirine y Yuyún hacen pan en sus casas, no sé cuáles otros nietos o hijos también lo hagan. En ese caso me disculpan si no les he nombrado.

 

La cuestión es que hoy mi hijo Michel me sorprende mandándome una foto con un pan hecho al horno de leña que él tiene en Portugal, mandándome el pan de su casa.

 

Entonces sentí la alegría de que uno de mis hijos recuperara tan bonita y sabrosa tradición dejada por el abuelo Chago…


... ¡La de hacer el pan de la casa!



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