lunes, 22 de febrero de 2021

Nuestros planes y los planes de Dios

 

Vivencias y Fe | Maricruz Howley/ADH

 



Los planes que hacemos o los planes que Dios tiene para nosotros

 

De niños hacemos planes para cuando seamos grandes, o sea, adultos. Hacemos planes sobre lo que estudiaremos, qué profesión elegiremos, sobre cómo nos casaremos, cuántos hijos tendremos, a dónde viajaremos, dónde viviremos, en fin, planeamos todo cuanto queremos llegar a ser o tener en la vida.

 

Más no contamos con los planes que tiene Dios para nosotros y cuán diferentes y contrarios pueden ser los suyos.

 

Cuando Dios tiene planes diferentes de los que concebimos, debemos decir la verdad, no lo tomamos de buena manera, nos peleamos con él, renegamos de él y nos preguntamos por qué, por qué si tratamos de ser buenos en todos los aspectos de nuestra vida no hemos podido lograr nada de lo que habíamos planeado. A veces nos responde de una forma rápida y contundente, pero otras, nos responde despacio y se toma su tiempo y, al tomarse su tiempo y nos cueste mucho, nos hace comprender que no es nuestra voluntad, sino la suya.

 

Mucha gente nos pregunta por qué sigues soltero, por qué no tienes hijos, por qué sigues en ese trabajo, por qué no tienes un carro y hasta por qué nos hemos dejado de teñir las canas.

 

Y podemos responder como nos responde Dios:


Seguimos solteros porque talvez no nos convenía esa persona a la que creímos ideal y nos está evitando un mal, dolor y tristezas, más siempre nos deja abiertas las puertas para amar. Nunca nos las cierra.

No tenemos hijos porque debíamos dedicar nuestro tiempo a cuidar de otros que no necesariamente debían ser nuestros hijos, es posible que nos tocara cuidar a nuestros padres y allí también encontramos satisfacción y amor.

Seguimos con nuestro viejo trabajo porque nos sentimos felices de tener un trabajo, aunque quizás no nos remuneren como creemos merecer, pero tenemos un medio para ganar nuestro sustento y es lo que importa y vale en tiempos tan difíciles como los que vivimos.

No tenemos un carro, porque hay otras prioridades más importantes que no debemos dejar de lado como el alimento o la vivienda.

O simplemente dejamos de teñirnos las canas porque son nuestras canas y no es malo tenerlas y mostrarlas, pues nos sentimos bien con ello y sabemos que un día también nuestro cuerpo envejecerá.

 

Cuando en verdad aceptamos y entendemos que nuestros planes no eran los planes que Dios tenía para nosotros vivimos tranquilos y relajados pues sabemos que estamos cumpliendo su propósito de vida e incluso podemos dar testimonio de ello y ayudar a otros a aceptar sus planes tal como aceptó Jesús su propósito de ser objeto de redención para todos nosotros.

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Promueve el diálogo y la comunicación usando un lenguaje sencillo, preciso y respetuoso...