domingo, 7 de marzo de 2021

Dios en 6 palitos de fósforos


Fe y Vida | Yris Rossi


 

Dios en 6 palitos de fósforos

 

Eran las 6 de la mañana, cuando me levanté, en seguida fui hacer el café y me di cuenta que no había fósforos.

 

Savia que, sin ellos, no me podría tomar mi cafecito mañanero, por lo que me puse una ropa, cogí mi cartera y salí a buscar un colmado en Juan Dolio para comprarlos.

 

Ya en la acera, me pregunto, ¿y dónde habrá un colmado?

 

Fue entonces cuando vi un Sereno en el Hotel de al lado de donde estábamos y le pregunto:

 

¿Sabe usted dónde puedo ir a comprar unos fósforos? Es que en el lugar donde estoy no hay cerillas.

 

Él me dice: bueno... es que es muy temprano y por aquí, los colmados y supermercados no abren a estas horas de la mañana.

 

Dándose cuenta de mi necesidad, él me dice:

"Pues mire, aquí tengo una cajita de fósforos: vea, le voy a dar algunos para que usted pueda encender la hornilla de la estufa y hacer su café."

 

¡Vi el cielo abierto! cuando ese señor sacó del bolsillo derecho de su pantalón una caja de fósforos, contó 6 palitos, despegó un pedacito del cartón lateral de la caja donde se ralla la pólvora y con mucho cuidado lo colocó en mis manos y me dijo: ¡tenga!

 

Fueron los seis fósforos más IMPORTANTES de mi vida.

 

Le dije, señor: "qué importante son las cosas dependiendo de la necesidad que uno tenga”.

 

"¡Ay mi Doña! Sí, es que todos nos necesitamos, uno no sabe a qué hora y qué día va a necesitar el uno del otro, por eso siempre hay que servir."

 

Yo no lo abrasé, porque estamos en tiempo de Covid 19, pero no me faltaron ganas:

 

Le hice reverencia, señales de abrazos, sentí tantas cosas lindas dentro de mi ser, que todavía cuando escribo este relato estoy emocionada.

 

Aún recuerdo su alegría de servir y yo de sentirme servida y presta a encender la estufa para hacer mi café.

 

Definitivamente: que Dios escribe derecho en renglones torcidos y nos da lecciones desde las situaciones más complejas hasta las más sencillas, como es esta peccata minuta, que acabó de contarles.

 

Y es que Dios está en la tierra, en el cielo y en todas partes y en cada segundo de nuestras vidas, también en el instante en que un humilde Sereno me regaló 6 palitos de fósforos, este 2 de marzo del 2021.

 

 


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