domingo, 21 de marzo de 2021

XXIX Jornada de Oración y Ayuno


Evangelizacion | Giovanni Roca/Comboni



XXIX Jornada de Oración y Ayuno

En memoria de los misioneros mártires 2021

 

Para celebrar el vigésimo noveno día de oración y ayuno en memoria de los misioneros mártires, hemos elegido el lema "Vidas entrelazadas". El misionero mártir es un tejedor de fraternidad: su vida se entrelaza con la de los pueblos y culturas a los que sirve y encuentra. La humanidad entera entrelaza su existencia con la de Cristo, redescubriéndose como pámpanos de la misma vid.

 

Introducción al día

El 24 de marzo de 2021 celebramos el vigésimo noveno Día de los Misioneros Mártires. En la misma fecha, hace 41 años, Mons. Oscar Romero, arzobispo de San Salvador, fue asesinado durante la celebración de la misa, sancionado por sus denuncias de la violencia de la dictadura militar en el país.

 

Como el Santo de América cada año cientos de mujeres y hombres de todo el mundo permanecen fieles al mensaje evangélico de paz y justicia hasta el último momento de la vida. Ante su sacrificio, nos llega una gran certeza: lo que une a Mons. Romero para los mártires y para todos los misioneros es una elección, un "Aquí estoy, envíame" dirigido al Padre de quien toda la Iglesia es testigo.

 

Al comienzo de cada misión hay una vocación que llega a los oídos de los que están dispuestos a escuchar, de los que tienen el corazón dispuesto a acoger. La voz del Señor nos llega junto con la de todos los pueblos que sufren abusos e injusticias. Es la llamada a una vida de proximidad que celebramos en esta ocasión, el mandato que Cristo nos ha dado: anunciar la Buena Nueva en todo el mundo.

 

El sacrificio de los mártires es el signo tangible de que la propagación de la fe no es una cruzada sino un abrazo de culturas, pueblos y religiones, la total disponibilidad de uno mismo para la escucha y el intercambio recíproco, ayuda a los necesitados. Cuando el odio se apodera de esta dinámica, el mártir hace su aparición en la historia. El martirio in odium fidei es la consecuencia extrema de una fe verdadera, humana y tangible. Si escudriñamos la vida de los mártires misioneros muchas veces no encontramos hechos heroicos pero descubrimos gestos llenos de esperanza vividos en la vida cotidiana con palabras que consuelan el corazón y una cercanía que sostiene.

 

Los misioneros mártires son el faro que empuja a las comunidades cristianas a volver su mirada hacia las enseñanzas de Jesús de Nazaret. De hecho, en su vida terrena, el Hijo de Dios encarnó una existencia desprovista de medias tintas: en su mensaje no encontramos posiciones intermedias entre la indiferencia y la defensa de los pobres, sino una clara elección hacia este último. Hace 2000 años, como hoy, el seguimiento del Maestro sigue siendo un hecho de coherencia. Abrazar la fe en Dios, dejarse guiar por ella, significa hacer de la fraternidad el sentido mismo de la vida. (…).

 

Giovanni Rocca

Secretario Nacional de Missio Giovani



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