lunes, 15 de marzo de 2021

La vida conyugal moderna y sacramental


Matrimonio y Familia | Noelito de León Mercedes





La vida conyugal moderna y el matrimonio como sacramento

 

La situación actual del matrimonio presenta diferentes problemáticas que sugieren diferentes alternativas. Unos de los problemas es que muy fácilmente la modernidad puede aislar a la familia. La sociedad va creciendo y se vuelve más funcional. Las alegrías y los sufrimientos permanecen encerrado en lo circulo familiares, la sociedad abandona la familia. Es necesario buscar instituciones sanitarias con raíces profundas que puedan prestar a los cónyuges un apoyo espiritual, psicológico, psiquiátrico, en todas las líneas de sus responsabilidades.

 

No se puede suprimir un sentimiento de admiración al ver cómo la familia moderna, a pesar de la situación exterior de debilidad y aislamiento en que se encuentra sumergida la relación conyugal en nuestra sociedad, puede conseguir una profundidad personal e intersubjetiva, es aquí donde debe apoyarse el matrimonio para sustentarse.

 

Este sacramento se caracteriza por ser una realidad terrena que orienta al espíritu a una realidad trascendente

 

El matrimonio es un sacramento, porque es Dios mismo que está actuando en él y nos da una prueba tangible de su actividad. Dios no es extraño al amor de la pareja, donde quiera que dos personas se encuentren con un amor verdadero Dios está presente. Este sacramento no se caracteriza por ser solo manifestación sensible de una realidad sobrenatural, sino más bien por la realidad terrena que orienta al espíritu a una realidad trascendente.

 

Desde el interior del sacramento, Dios hará nacer en el amor recíproco de un joven y una joven, algo más profundo. Su amor personal, que se centra en la pareja como tal y que se vuelve sensible y visible en el sacramento del matrimonio. En el momento del consentimiento, Cristo está presente, justamente porque él quiere ofrecer a los casados, levantar su amor por encima de todas las limitaciones terrenas y hacer de él, en aquello que tiene de más humano, el signo de un amor más grande y más profundo.

 

El matrimonio no es solamente un elemento de una creación buena, sino que constituye un don personal, portador de salvación divina. Tomando en cuenta esta realidad, hará falta desacralizar el matrimonio de toda religiosidad pagana, para poder sacralizarlo a Dios y devolverle su valor de realidad sacramental, el Dios creador puede situar a la unión de la pareja en una perspectiva de salvación.

 

La fe permite asumir el matrimonio como sacramento, de esta manera se puede sostener con ayuda de la gracia. El sacramento del matrimonio es un signo que indica cuánto amó Cristo a su Iglesia. este sacramento es un signo eficaz que determina una unión objetiva, el lazo sacramental de los esposos es un proyecto de salvación.



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