viernes, 12 de marzo de 2021

Matrimonio: algunas perspectivas pastorales


El Matrimonio | Amigo del Hogar

 




Matrimonio: algunas perspectivas pastorales

 

Construir familias sólidas y fecundas. Desde la perspectiva pastoral, la Iglesia considera importante orientar a las parejas para construir familias sólidas y fecundas según el plan de Dios. En el sexto capítulo de La Alegría del Amor, del Papa Francisco, nos muestra algunas vías pastorales para conseguirlo. En esta parte la Exhortación hace un largo recurso a las Relaciones conclusivas de los dos Sínodos y a las catequesis del Papa Francisco y de Juan Pablo II.

 

Guiar a los novios en el camino de la preparación al matrimonio y acompañar a los esposos en los primeros años de vida matrimonial

 

Las familias son evangelizadoras, no solo evangelizadas. Se confirma que las familias son sujeto y no solamente objeto de evangelización. El Papa señala que “a los ministros ordenados les suele faltar formación adecuada para tratar los complejos problemas actuales de las familias”. Si por una parte es necesario mejorar la formación psico-afectiva de los seminaristas e involucrar más a las familias en la formación al ministerio, por otra “puede ser útil (…) también la experiencia de la larga tradición oriental de los sacerdotes casados”.

 

Acompañar a los novios. Este proceso de construcción de las familias requiere una guía adecuada para quienes unen sus vidas por el sacramento, no solo en su etapa inicial. El Papa afronta el tema de guiar a los novios en el camino de la preparación al matrimonio, de acompañar a los esposos en los primeros años de vida matrimonial (incluido el tema de la paternidad responsable), pero también en algunas situaciones complejas y en particular en las crisis, sabiendo que “cada crisis esconde una buena noticia que hay que saber escuchar afinando el oído del corazón”. Se analizan algunas causas de crisis, entre las cuales una maduración afectiva retrasada.

 

Acompañamiento a los fracasos matrimoniales. Entre otras cosas se habla también del acompañamiento de las personas abandonadas, separadas y divorciadas y se subraya la importancia de la reciente reforma de los procedimientos para el reconocimiento de los casos de nulidad matrimonial. Se pone de relieve el sufrimiento de los hijos en las situaciones de conflicto y se concluye: “El divorcio es un mal, y es muy preocupante el crecimiento del número de divorcios. Por eso, sin duda, nuestra tarea pastoral más importante con respecto a las familias, es fortalecer el amor y ayudar a sanar las heridas, de manera que podamos prevenir el avance de este drama de nuestra época”.

 

Los diversos tipos de matrimonio. Se tocan después las situaciones de matrimonios mixtos y de aquellos con disparidad de culto, y las situaciones de las familias que tienen en su interior personas con tendencia homosexual, confirmando el respeto en relación a ellos y el rechazo de toda injusta discriminación y de toda forma de agresión o violencia. Pastoralmente preciosa es la parte final del capítulo; “Cuando la muerte planta su aguijón”, sobre el tema de la perdida de las personas queridas y la viudez.



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