Educando | Arelis Encarnación/ADH
Un gran experimento 'sin querer queriendo'
Cuando
no había pandemia, los educadores dominicanos tenían una gran preocupación; se
trataba de la necesidad de involucrar a los padres en ayudar a los alumnos en
la realización de los deberes en casa. Como madre quiero compartir esta
reflexión contigo que me estas leyendo, y quiero invitarte a que accedas amigodelhogar.net.
Donde encontraras una gran variedad de temas interesantes.
Recuerdo
que, en la época de mi niñez, a menudo convocaban por medio de una nota a la
reunión de padres de mi escuela.
Allí
se trataban varios temas y entre ellos el más importante para el plantel se
trataba acerca de la continuidad de lo que hacen los maestros con los alumnos
en las aulas; tenía necesariamente que ser COMPLEMENTADO por los padres en
casa.
En
estos días se ha estado hablando sobre la educación presencial, semipresencial
o seguir como hasta ahora con las clases en líneas, opino que podríamos detenernos
a pensar en los actores, el papel de cada uno en el proceso enseñanza –
aprendizaje. La experiencia vivida por los padre o tutores y el resultado con
los docentes.
Desde
mi punto de vista creo que sin darnos cuenta hemos hecho un gran experimento. y
digo esto porque desde que tengo uso de razón estoy escuchando este
planteamiento que hacía Margarita mi maestra de cuarto grado.
Ella
solía decir que: “Los padres deben involucrarse en el proceso de enseñanza-
aprendizaje”, reconocía además que hay padres que no están alfabetizados y
hacen un gran trabajo porque se han sumado a colaborar con los profesores
dándole seguimiento a los alumnos, recordándole que hay que hacer los deberes y
apoyándole en lo que más pueden. En cualquier caso, siempre está el maestro que
con sus conocimientos, saben reconocer y conectar con el alumno con situación
especial cuál y asi ayudarlo.
En
las actuales circunstancias vivimos una época diferente, muy atípica en la cual
sin querer queriendo los padres o tutores han tenido que asumir ese
papel que la escuela pedía, los padres se han enterado que es un gran trabajo,
que requiere mucha paciencia además de amor, y para completar se requiere una
inversión especial de dinero, herramientas costosas (ordenadores, servicios de
datas) y encima pago de matrícula, sienten en ocasiones que están haciendo el
trabajo de los maestros y no es verdad ya que lo que en realidad se están involucrando en el proceso
enseñanza-aprendizaje de sus vástagos.
Tampoco
vino mal, que esto sucediera para bien del escolar. Profesor, padres y alumnos
han salido triunfadores, y ahora lo que debemos hacer es preguntarnos ¿qué ha
ganado mi hijo con mi acompañamiento en su aprendizaje? O ¿qué he aprendido yo
como padre ante este reto? ¿conocí más a mi hijo? ¿Me di cuenta de sus lagunas
en el proceso? y para finalizar,
¿Cómo
veo al profesor después de haber vivido esta experiencia de convertirme en
padre y maestro de mis hijos?
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