Matrimonio y Familia | Bonifacio Fernández/CR
La Fidelidad cuestionada
Pero la
cuestión que se plantea es: ¿a qué ser fieles? ¿A quién? ¿A uno mismo, a
la persona del cónyuge, a el proyecto matrimonial diseñado juntos? ¿A la
palabra dada el día de la profesión religiosa o de la ordenación ministerial?
¿A la promesa hecha en presencia de la familia, los amigos, la comunidad
cristiana?
No se puede
descartar que sea una excusa para legitimar la propia situación. Lo cierto es
que de critica la experiencia de siglos en que los matrimonios han sido
duraderos. Se dice que eran duraderos por pura necesidad interna de
supervivencia debido a las condiciones sociales; era duraderos por la
imposición de la mayoría social. También se trae a colación el influjo de la
religión, cuya propuesta matrimonial acentúa los rasgos de la fidelidad y la
exclusividad. Se aduce también el motivo de la hipocresía, señalando que la
infidelidad estaba oculta. La fidelidad surgía de la inercia de la institución
matrimonial o presbiteral.
Una cosa es
cierta. La fidelidad nunca ha sido un regalo fácil; requiere invertir tiempo;
requiere capacidad de relación con la otra persona. La fidelidad es un don y
una tarea. No brota espontáneamente de la inercia de los días. Requiere la
pasión del verdadero amor. Se logra a base de la decisión de amar.
La cultura de
la infidelidad es incentivada desde muchos frentes en la vida de la sociedad
actual; he aquí alguno de ellos:
· Los
productos hechos para durar poco, con fecha de caducidad incluida.
· Las
costumbres de usar y tirar.
· Las modas
inducen la urgencia de cambiar los vestidos.
· La vida
profesional requiere renovación constante, yo no es para toda la vida sin más.
· Las
tecnologías cambian constantemente y nos idealizan lo nuevo.
· La vida
es corta, hay que vivir de prisa y en el corto plazo.
· La cultura
del yo con la dificultad de construir un nosotros.
· La
libertad entendida como independencia y desvinculación.
· La
búsqueda de gratificaciones sin compensaciones.
· Los
ejemplos de los famosos que practican la poligamia o poliandria sucesiva.
· El
ejemplo de los muchos sacerdotes y consagrados que rompen su promesa hecha ante
Dios.
· Las
estadísticas sobre el gran número de separaciones matrimoniales.
· La
tendencia a evitar el sufrimiento a toda costa.
· Las
propuestas de que el poliamor es posible y saludable afectivamente.
· El miedo
a la intimidad y la relación conyugal programada para la diversión y la
sexualidad sin convivencia.
En medio de
este gran impacto cultural y social negativo, la fidelidad creativa, proactiva
y creciente sigue siendo la gran aspiración del corazón humano. La relación de
amor para siempre sigue siendo una gran buena noticia.
Publicado por
Ciudad Redonda:
https://www.ciudadredonda.org/articulo/la-fidelidad-cuestionada
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