Diocesanas | Prensa Diócesis SFM
Manifiesto de la Diócesis de San
Francisco de Macorís en Defensa de la Vida
Al pueblo
dominicano,
A los
señores legisladores
A las
autoridades provinciales y locales
A todos
los fieles de nuestra Diócesis de San Francisco de Macorís.
La
Diócesis de San Francisco de Macorís, compuesta por las Provincias Duarte,
María Trinidad Sánchez y Samaná; presidida por su Obispo Su Excelencia
Reverendísima Mons. Fausto Ramón Mejía Vallejo, integrada por un total de 73
sacerdotes, 94 diáconos, 885 animadores de asamblea, 2,601 catequistas,
movimientos apostólicos y más de medio millón de fieles católicos nos
comprometemos con la defensa de la vida, siguiendo las enseñanzas de la ciencia
orientada al Bien Común, el Magisterio de la Iglesia y la Constitución
Dominicana, las cuales se encuentran en la misma línea de comprensión acerca de
la dignidad del ser humano; defendemos en el mismo grado a la mujer en su
integridad, al hombre y al niño por nacer; por eso pedimos a todos seguir
garantizando la protección del ser humano y el respeto a su dignidad,
concretizada en hombres y mujeres con principios éticos, valores, patria y
cultura.
Porque
creemos en la vida, como el primero de todos los derechos:
Rechazamos
convincentemente la Cultura de la Muerte que se cierne en el mundo e invitamos
a sus portavoces a revisar su postura;
Rechazamos
el lenguaje equívoco y lleno de medias verdades, con los que se desea confundir
a la población, enarbolando bondades y derechos, en un terreno minado por el
asesinato y el crimen silencioso de inocentes;
Rechazamos
las acusaciones e intolerancias, meramente mediáticas y sensacionalistas,
llenas de rabia y engaño, contra los cristianos y los defensores de la vida,
que buscan hacer pasar como bondad lo que es claramente una atrocidad contra la
misma humanidad;
Rechazamos
los intentos de negar, confundir y utilizar, con mala intención, los postulados
científicos y biológicamente comprobados de la vida, catalogándolos como
obsoletos, desconociendo que hay valores absolutos y eternos, verdades que no
mutan con el tiempo, porque el criterio de verdad y de justicia no se
constituye por ser mayoría;
Rechazamos
la propuesta de que matar inocentes, que no se pueden defender, es sinónimo de
desarrollo, modernidad y progreso;
Rechazamos,
a su vez, la idea que hace creer que la prohibición del aborto es la causa de
una sociedad económicamente deprimida;
Rechazamos
las violaciones, los feminicidios, los incestos, los matrimonios de
adolescentes y niñas;
Rechazamos
la injerencia de intereses e instituciones foráneas que inciden a nivel mundial
en busca de implantar culturas degradantes e infames, que no son propias
nuestras ni identifican nuestra forma de actuar ni nuestros ideales patrios;
Rechazamos
la postura de quienes colocan al ser humano como un medio y no como un fin, es
decir, al servicio de la economía y el mercado, porque estamos convencidos que
las personas no tienen precio, tienen dignidad;
Rechazamos
los controles de natalidad, que subyugan y esclavizan los pueblos con dádivas,
para garantizar que personas salgan a las calles a aplaudir cánticos de muerte
y a solicitar crear leyes que garanticen el aborto, la eutanasia y la pena de
muerte.
Como
ciudadanos y ciudadanas, que peregrinamos en esta amada tierra de Quisqueya y
hemos tenido el privilegio de nacer y vivir en esta parte del Cibao, tierra
productiva y grandes valores:
Manifestamos
y proponemos a todos los bautizados y a todos los hombres y mujeres de fe y de
buena voluntad, vivir profundamente desde su conciencia, desde la libertad
interior y el compromiso en la defensa de la vida;
Proponemos
fortalecer la integración familiar, la educación en valores y preservar las
buenas costumbres, que nunca han puesto en riesgo el valor del ser humano;
Proponemos
al Estado Dominicano un adecuado Presupuesto de Salud, que garantice una
cobertura total de los ciudadanos, dignificando la vida de todos, especialmente
de los más necesitados, construyendo Casas de Acogida para huérfanos, personas
abandonadas, enfermas, con discapacidad y con enfermedad mental grave, para
ello, cuenten con obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas, médicos,
enfermeras y laicos, porque un cristiano es un Provida;
Proponemos
seguir fortaleciendo nuestras leyes, de tal forma que, podamos castigar
debidamente a los culpables y defender a los inocentes e indefensos en
cualquier estadio de la vida.
Como
pueblo cristiano deseamos un cuerpo legislativo comprometido con los mejores
intereses de la Nación. Felicitamos y agradecemos a los señores Senadores de la
República que, libre y valientemente firmaron un documento a favor de la vida
en todas sus etapas, respetando lo que establece la Constitución de la
República Dominicana, en su artículo 37: “El derecho a la vida es inviolable
desde la concepción hasta la muerte”.
Por
último, nos sentimos orgullosos de ser dominicanos y de que la República Dominicana
sea uno de los países que respeta la vida y que cree convincentemente en la
continuidad ontológica del ser humano, desde el momento mismo de su concepción
hasta su muerte, porque en la vida del ser humano no hay mutación, sino etapas,
transformación.
Queremos
seguir siendo una sociedad plenamente humana, que ame la vida y la defienda,
donde todos los dominicanos sigamos siendo hermanos y que todos los motivos
foráneos que nos han sacado de nuestras casas y nuestros templos para defender
la vida y han dividido a la sociedad dominicana, terminen ya, respetando lo que
siempre hemos sido: única Nación en el mundo en cuyo Escudo está la Biblia y la
inscripción: “Dios, Patria y Libertad”, una sociedad sonriente, acogedora,
amante de la vida y de los derechos fundamentales de sus hijos e hijas.
¡Virgen
de la Altagracia, ruega por nosotros!
Publicado
por CED:
https://ced.org.do/manifiesto-de-la-diocesis-de-francisco-de-macoris-en-defensa-de-la-vida/
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