miércoles, 12 de mayo de 2021

Exigencia de nueva evangelización


Evangelizar Hoy | Jesús Espeja





Exigencia de nueva evangelización

 

Desde hace unos años en la Iglesia se viene hablando sobre la urgencia de una nueva evangelización; y Benedicto XVI quiere que el tema central en el 2012 sea “La nueva evangelización para transmitir la fe cristiana” ¿Qué implica este proyecto?

 

Nueva evangelización no significa desautorizar sin más la evangelización que se ha hecho en tiempos pasados. Tampoco significa reconquistar posiciones perdidas. Aunque quizás en República Dominicana el fenómeno es menos perceptible, en la modernidad se ha dado y sigue dándose un proceso de emancipación de las instituciones seculares respecto a lo religioso; y el Vaticano II dejó bien claro que la presencia pública de la Iglesia no es de poder político ni económico, sino que debe ser un testimonio vivo del Evangelio. Por eso la nueva evangelización no quiere decir reconquista de poder político o económico que en otros tiempos pudo tener la Iglesia.


'¿Acaso éstos no son hombres?'. El interrogante sin duda sigue teniendo actualidad en la sociedad de República Dominicana y en el mundo


Nueva evangelización significa nuevo fervor y nuevos métodos para transmitir la fe cristiana que, si bien es siempre la misma porque el Evangelio no cambia, tiene lugar dentro de una historia cambiante y exige distintas versiones según tiempos y culturas. Ya el concilio Vaticano II hace cincuenta años constató: “el género humano se halla en un periodo nuevo de su historia, caracterizado por cambios profundos y acelerados, que progresivamente se extienden al universo entero”. Hoy estos cambios son más rápidos y la primera década del nuevo milenio viene marcada por una pérdida de equilibrio y falta de referencias.

 

En la nueva situación los cristianos debemos actualizar nuestra fe, si realmente creemos que puede aportar luz y fuerza para caminar hacia más humanidad que todos necesitamos y en el fondo todos anhelamos. Los nuevos desafíos no permiten un espiritualismo evasivo tratando de salvarse cada uno en su grupo sin querer saber nada de la nueva situación cultural. Tampoco vale seguir sin más con prácticas hasta ahora consolidadas y costumbres religiosas que se repiten rutinariamente. Debemos preguntarnos sobre el sentido de nuestros métodos y lenguajes en la evangelización o transmisión de la fe.

 

Pero el interrogante más radical no está en el método empleado para evangelizar sino en el “nuevo fervor”. La necesidad de un crecimiento en la vida de la Iglesia. Sin esta maduración de los cristianos en la fe, los nuevos métodos no rebasarán lo superficial. Acabamos de celebrar los quinientos años de aquel gesto profético que los dominicos tuvieron en el s. XVI. Precisamente aquí, en el corazón de Santo Domingo. El Sermón de Montesinos defendiendo a los indígenas y denunciando los abusos de los conquistadores inhumanos, brotó de un fervor evangélico que une lo divino y lo humano: “¿Acaso éstos no son hombres?”. El interrogante sin duda sigue teniendo actualidad en la sociedad de República Dominicana y en el mundo. La nueva evangelización exige que los cristianos avivemos ese fervor que respiraron aquellos profetas.



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