Forjando Vivencias | Lic. Juan Fco. Puello Herrera

La Misericordia sin fronteras

 

“Jesús alargó la mano, lo tocó y le dijo: Lo quiero; queda limpio. Su lepra desapareció inmediatamente. Jesús le dijo en seguid: No lo digas a nadie, sino que ve a mostrarte al sacerdote y presenta la ofrenda ordenada por la Ley de Moisés; así comprobarán lo sucedido”. (Mateo 8, 3-4)

La principal característica que tiene este milagro, es lo hace Jesús a un leproso considerado como un excluido y marginado de la sociedad. El mensaje que nos trae Jesús con este milagro, es que la fuerza salvadora del reino no tiene fronteras.

Si existía una enfermedad que designaba todas las enfermedades entre los judíos era la lepra. Esta enfermedad traía como consecuencia que excluía de la vida social, y su curación debía ser confirmada por un sacerdote.

El gesto que hace el leproso de postrase ante Jesús, hace que veamos el reconocimiento que también debemos hacerle a él como Salvador. Es la actitud de fe que debemos tener ante cualquier situación difícil por la que estemos atravesando en estos momentos. La fe en Jesús hace posible el encuentro con él, que cura de nuestras dolencias y que devuelve la confianza perdida.

De igual manera que el leproso quedó limpio al sentir la mano de Jesús, así debemos sentirnos en estos momentos, en la que nos cura del egoísmo y del orgullo, que impiden un encuentro sincero con él.

Señor, si quieres tu puedes limpiarnos, te lo pedimos humildemente, y estamos seguros que lo harás porque tu misericordia no tiene límites.

 

Oración: Señor Jesús, sánanos de nuestras flaquezas y debilidades. Haznos discípulos incondicionales tuyo para que podamos dar testimonio de tu grandeza. Amén. ADH 813