miércoles, 30 de junio de 2021

La CLAR presenta Congreso Virtual


Vida Consagrada | Equipo CLAR




 

Presentación Congreso Virtual de la CLAR

 

La Confederación Latinoamericana de Religiosos (CLAR) sigue ofreciendo información para la participación en el Congreso Virtual Continental de la Vida Religiosa, que se realizará los días 13 a 15 del mes de agosto, con el tema: Hacia una Vida Religiosa Intercongregacional, Intercultural e Itinerante.

 

“Como discípulos, queremos hacer realidad los sueños que nos hermanan, y en escucha cordial, hoy más que nunca, queremos hacer todo y sólo lo que Él nos diga”. Inspirada por sus raíces, la CLAR encuentra en las Bodas de Caná iluminación para el camino de seguimiento de Jesús, con el anuncio de toda la Iglesia: ¡Ya es hora de la sinodalidad!

 

Antecedentes del Congreso

Venimos de caminar como hermanas y hermanos, conscientes de que la sinodalidad configura el rostro de la Iglesia. Escuchamos el eco de los pobres, de la tierra y seguimos viviendo una pandemia que trastoca la cotidianidad y revela con inclemencia las brechas sociales de nuestros pueblos.

 

La andadura de estos años, ha estado marcada por la certeza de que “ya es la hora” y hoy más que nunca, estamos llamadas/os a desentrañar la vocación profética y misionera de nuestra identidad, conscientes de que estamos convidadas/os a una travesía intercongregacional, intercultural e itinerante.

 

Descripción del logo

El horizonte es amplio, la complejidad de la realidad en el Continente parece permearlo todo en tonos claro oscuros. De un lado nuestras frágiles democracias, la fuerza avasalladora de la corrupción, la crisis sanitaria y la inclemente pobreza, fruto de sistemas económicos que niegan la dignidad humana y el bien común. De otro lado, ese terco fluir de la vida, la organización comunitaria y las redes de solidaridad; la indignación creciente que conduce a la movilización y el canto resistente por la vida.

 

En ese círculo vital y pascual, Dios Trinidad irrumpe, hecho relación y buena noticia, capaz de movilizarnos y ponernos en camino.

 

Al centro, como recordándonos que la Vida Religiosa es misión, está la barca de nuestra travesía pascual y en ella, Jesús nos recuerda que no hay nada que temer, que urge caminar o zambullirse, implicarse y comprometerse. Dado que somos Pueblo de Dios, portadores de la misma dignidad. Y por el camino, todos vamos en marcha, hermanos en la diversidad.

 

Más conscientes de nuestro rostro intercultural, más ávidos de experiencias y procesos de intercongregacionalidad, más urgidos a la itinerancia, que evidencie el sentido de una vocación que alcanza su plenitud en la mística, la profecía y la misión.

 

 

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