Biblia | P. William Arias
San José en la Biblia
El Papa
Francisco ha querido que, en este año tengamos muy presente la figura de San
José, el cual tiene varios títulos en la Iglesia, tales como: esposo de la
Virgen, custodio del redentor, obrero y otros, pero en la Biblia encontramos
uno, que podría decir es abarcador de los demás, y ese es el título de justo.
El evangelio de
Mateo es el que más nos habla acerca de José, Lucas un tantito y no más. Ambos
lo ubican al principio, en los conocidos evangelios de la Infancia, y luego no
lo vuelven a presentar más. Mateo lo ubica como descendiente de David (1,1-17),
que estaba desposado con una joven llamada María que resultó estar embarazada
antes de estar juntos (1,18), que tuvo una visita en sueños de un ángel, que le
anuncio la naturaleza del embarazo de su prometida (1,20-23), que huyo con el niño
Jesús a Egipto para protegerlo de Herodes (1,13-15), al regreso del exilio se
establece en Nazaret con el niño y su madre (1,23). Lucas señala su nombre
(1,27), lo ubica subiendo a Belén para empadronarse en un censo con María
(2,4-5), y luego habla de él como el padre admirado por lo que se decía de Jesús
(2,35), y finalmente en plural, asociado a la madre María en sus visitas al
templo (2,41).
Que no nos olvidemos de los más pequeños socialmente, los pobres, los Jesús de hoy, como José que no descuidó ni abandonó al pequeño Jesús
Lo que más
resalta en todo esto es lo expresado con anterioridad de que a José se le da el
título de justo en Mateo 1,19. Esta era una figura muy apreciada y comentada en
el Antiguo Testamento. Al primero que se le da ese título es a Noe (Gn 6,9), y
se añade que era perfecto entre su gente, también a Dios se le reconoce como
justo (Ex 9,27); David en principio es reconocido también con este apelativo
(1Sam 24,17), pero donde se desglosa más toda una teología del hombre como
justo ese en los libros sapienciales y en los Salmos, se le presenta como el
creyente por excelencia; se busca dar una respuesta a cuál es la suerte del
justo en este mundo, qué le toca, qué le corresponde mientras este entre los
hombres, llegando a la conclusión en el libro de la Sabiduría, que la recompensa
final del justo no está en este mundo, no se le eximirá de los sufrimientos de
los hombres, sino que su recompense final está en las manos de Dios (Sab
3,1-12).
Pero para el
israelita de los tiempos de José el justo era el hombre fiel a la ley, el que cumplía
fielmente los preceptos de Dios expuestos en la torá, la ley; cuando moría no
bajaba al Sheol, el lugar de los muertos, sino que directamente llegaba al lado
de Dios. Tal parece que un judío así era José, y por eso lo destaca Mateo, ya
que escribe para una comunidad judía que bien conoce de estos asuntos. Jesús
tras su muerte es catalogado como justo y por eso está al lado de Dios, lo
mismo puede decirse de José en clave judía.
En este año josefino, me parece que el Papa quiere que seamos tan justos como José, sobre todo en lo concerniente a nuestras familias, que demos y hagamos lo que tenemos que hacer en ella, que coloquemos en el centro de nuestras vidas la voluntad de Dios y no la nuestra, lo que él quiere con nuestra gente querida y que como José actuemos en consecuencia. Así como él supo cuidar a Jesús, que también cada uno de nosotros tenga cuidado con las cosas del Señor y con lo que el quiere y desea, que no nos olvidemos de los más pequeños socialmente, los pobres, los Jesús de hoy, como José que no descuidó ni abandonó al pequeño Jesús. ADH 857.
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