Valor del Mes |
P. Juan Tomás García, MSC
Valor del mes: Equidad
Lema:
Traten a todos con equidad (Col 4,1)
La equidad como valor se
refiere a la capacidad que tenemos los humanos para tratar a los demás, y, a
cada persona, con igualdad y justicia a partir del otro y su realidad. En la
Comunidad Cristiana la equidad tiene que ver, bien de cerca, con las relaciones
que se establecen entre sus miembros, el liderazgo y los integrantes; los
integrantes entre sí y todos los que hacen vida en sus entidades. La equidad es sinónimo de igualdad, ecuanimidad, justicia, rectitud, equilibrio…
En el ámbito de los valores éticos, la equidad es entendida como la capacidad que tiene un individuo o una institución
de considerar a los otros de formas iguales, en miras siempre de ser
justo y equilibrado en cuanto a la distribución de los derechos y oportunidades
de los otros. Una persona normal practica la equidad cuando su vida no se ve
marcada por excesos y, por el contrario, busca siempre conservar el equilibrio
en todos los ámbitos: familia, amigos, trabajo, estudio y recreación. Este
valor asociado también con la impartición de justicia puede hacer referencia
hacia la actitud de una persona, con algún puesto de mando, el cual trate a sus
subalternos de forma equitativa, es decir, sin ningún tipo de privilegios, y
con igual respeto para todos.
Razones para
promover la Equidad en nuestras comunidades
Tanto las personas, como las comunidades en bloque que viven en su ser el
valor de la Equidad, potencian sus capacidades para discernir las realidades de
manera mucho más colegiadas, sensatas y participativa, ayudando a que las
decisiones tomadas produzcan paz, crecimiento e impulso. En su desempeño como
padre, hermana, amigo o jefa no correrán el riesgo de caer en excesos, bien
beneficiando a unos por sobre otros, o explotando a alguien. Situaciones que a
la larga producirán un ser humano apreciado por sus semejantes y personas felices,
con una vida equilibrada.
Una Comunidad Cristiana en la que la mayoría de sus miembros practiquen el
valor de la Equidad será una iglesia que tenderá más a la pastoral Social, pues
la distribución de sus recursos y el ejercicio de los Derechos Humanos será una
realidad que vivirán la mayoría de sus miembros. En este sentido, las guerras,
los conflictos sociales y las guerras de clases serán algo que irán
desapareciendo, pues en teoría la desaparición de marcadas diferencias sociales
debería originar una sociedad armónica y pacífica, donde sus miembros vivan en
Paz.
Seremos cristianos más fieles a las enseñanzas de nuestro Maestro. Jesús
nos ha dejado bien claro, el mandamiento del amor fraterno, como fundamento de
las relaciones humana entre sus seguidores. Un mandamiento nuevo les doy, que
se amen unos a otros como yo los he amado. Es la fraternidad la que debe regir
nuestras vidas. La equidad nos hará más hermanos, más considerados los unos con
los otros y más justos a la hora de emitir un juicio sobre el otros o de
dirigir una acción hacia una persona.
Aprendiendo a ser Equitativos
La tarea de educar en Equidad pertenece, primeramente, al ámbito familiar. éste
es un valor que debe
ser inculcado y estimulado desde las primeras etapas de la infancia, a
fin de formar adultos con mucha más noción de la Justicia y el equilibrio,
tanto en el trato hacia los demás, como con las decisiones personales y la
forma de vivir sus vidas, aspectos que gracias a este valor y otros estarán
encaminados a estructurar individuos, familias y comunidades mucho más felices,
satisfechos e íntegramente. No es una tarea fácil, los padres, maestros, catequista
y demás agentes de pastoral pueden llegar a experimentar cierto sentimiento de impotencia
y cansancio. Hay que recordar que los valores se enseñan viviéndolos con
alegría y determinación, así los que nos ven lo van asimilando y compartiendo
paulatinamente. Practicando la Equidad en nuestros espacios e instituciones,
estaremos promoviéndola en nuestras comunidades.
Necesitamos ir creando una consciencia crítica entorno a este valor. Se
aprende, también, oyendo hablar de Equidad y, sobre todo, sobre ciertas situaciones reales que
manifiestan la falta de Equidad que existe en ocasiones en el mundo
moderno. De esta forma, la gente comenzará a cuestionarse su entorno con ojos
críticos, socialmente hablando, creando conciencia sobre la Equidad como un
valor social.
En este sentido, también es bueno que tanto en casa como en la Escuela, en
los grupos y pastorales participemos de algunos proyectos que vayan dirigidos a ayudar a aquellos más
necesitados, a fin de que los niños, adolescentes y jóvenes
vayan aprendiendo que aunque a veces existan situaciones que puedan tildarse de
injustas, igualmente una sociedad unida, con valores como la fraternidad, la
solidaridad y la Equidad puede juntar esfuerzos y activar algunos prácticas que
cambien estas situaciones.
Es necesario un cambio de paradigma en la praxis
evangelizadora y una transformación de mentalidad pastoral en muchos agentes
evangelizadores, donde la disminución del paternalismo asistencialista sea
directamente proporcional al aumento del amor evangélico que trabaja y se
desvela para buscar el bien del otro, valorando la Equidad. Este cambio es
necesario ya, pues la evangelización conlleva a un proceso de transformación
que comienza con los agentes de pastoral insertándose en la realidad, y
siguiendo con los evangelizandos que aprenden de sus evangelizadores.
En Aparecida se habla de “evangelizar a nuestros pueblos para
descubrir el don de la creación sabiéndola contemplar y cuidar como casa de
todos los seres vivos y matriz de la vida del planeta, han de ejercitar
responsablemente el Dominio humano sobre la Casa Común y sus recursos, para que
pueda rendir todos sus frutos en su destinación universal, educando para un
estilo de vida de sobriedad y austeridad solidarias.” (DA 474.a). ADH 858.
Gracias, amigos.
ResponderEliminarSigan adelante. Como vamos, vamos bien.