Generaciones | Padre William Arias
Para celebrar dicha actividad por primera vez,
este 25 de julio, el Papa Francisco ha mandado a toda la Iglesia un mensaje para este día
Jornada Mundial de los Abuelos y de los
Mayores
El 31 de enero de este año, tras el rezo del
ángelus en la Plaza de San Pedro, en Roma, el Papa Francisco anunció la
institución de una jornada para los Abuelos y los Adultos Mayores, a celebrarse
el cuarto domingo de julio, cerca de la celebración del día de San Joaquín y
Santa Ana, abuelos de Jesús. Para celebrar dicha actividad por primera vez,
este 25 de julio, el Papa Francisco ha mandado a toda la Iglesia un mensaje
para este día, con el título de una frase bíblica: “Yo estoy contigo”.
El Papa comienza el mensaje situándose en el
momento de la pandemia que ha sido más dura para los mayores, ya que muchos se
enfermaron y otros han visto morir a seres queridos.
Menciona cómo la soledad de esta etapa de la vida,
la cual se ha agravado por esta situación, no le es indiferente al Señor. En
este tiempo dice Francisco, se ha dado un aprendizaje en la importancia del
acercamiento a los otros, muchos de los cuáles han sido como ángeles en figuras
humanas en estos tiempos.
Les recuerda que todavía ellos, los mayores,
siguen siendo llamados por el Señor a trabajar en su viña, y se pone él como
ejemplo, recordando graciosamente que “el Señor es eterno y que nunca se
jubila”.
Tomando el evangelio de Mateo 28, 19-20, donde
Jesús envía a los discípulos, señala la nueva vocación en esta etapa de la vida
que es: “la de custodiar las raíces, transmitir la fe a los jóvenes y cuidar a
los pequeños”, pues recuerda que no hay edad para retirarse de la tarea de anunciar
el evangelio, sobre todo las tradiciones a los nietos.
Menciona el Papa el texto de Juan 3,4 donde
Nicodemo le dice a Jesús, que cómo siendo viejo se puede nacer de nuevo, el
asunto sería, como dijo el Señor: abriendo el corazón a la obra del Espíritu
que sopla donde quiere. Por lo tanto, Francisco invita a que los abuelos y
mayores, participen en el nuevo mundo post-pandemia, ayudando con tres pilares:
los sueños, la memoria y la oración.
Sobre el sueño invita a una alianza entre mayores
y jóvenes, pues hay que seguir soñando con ese mundo de justicia, de paz y
solidaridad, y esto puede ayudar a la juventud a que tengan nuevas visiones y
así juntos construir un mejor futuro, en esto la experiencia de los mayores
puede ayudar bastante, en estos tiempos de crisis para salir de ella.
En cuanto a la memoria, el recuerdo de lo
doloroso, como la guerra, puede ayudar a valorar más la paz, dice que “Recordar
es una verdadera misión para toda persona mayor”, y sobre todo llevar esa
memoria a los otros; hacer memoria de los migrantes, sus luchas en busca de un
futuro mejor, pues para él la memoria es cimiento para construir lo que
queremos y buscamos, pues señala que “sin cimientos nunca construirás una casa.
Nunca. Y los cimientos de la vida son la memoria”.
Y sobre la oración, les recuerda lo valioso que es
como recurso en estos tiempos de pandemia y más, cita a Evangelii Gaudium 262
cuando dice que la oración es “un pulmón del que la Iglesia y el mundo no
pueden privarse”.
Termina el mensaje mencionando a Carlos de
Foucauld, próximo santo de la Iglesia, recordando cómo él, en la soledad del
desierto, oró e intercedió por el mundo entero hasta ser el hermano universal
de todos. Finalmente les recuerda que ellos no están solos, que el Señor está
con ellos siempre.
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