lunes, 23 de agosto de 2021

Jesús en las Tapitas y los Desperdicios del Parque


Fe y Vida | Yris Rossi/ADH


 



Jesús en las Tapitas y los Desperdicios del Parque

 

Caminaba por el parque de mi barrio y vi en el camino basura dispersa: tapas de botellas de ron, latas de cervezas palitos de pino, trocitos de madera entre otros. A simple vista, era un espectáculo que dañaba el ambiente y chocaba ante mis ojos

 

De repente, vino una luz que me invitó a ver aquel basurero de otro modo: Me imaginé las tapitas como cabecitas y soles, los palitos como cuerpos, las ramitas como parte de columpios y comprendí también que podría construir algo nuevo, fue entonces cuando descubrí a Jesús en la basura, en la fragilidad, en la inmundicia, en lo que nadie quiere.

 

Puse manos a la obra: Cogí una funda de plástico en mis manos y recogí una buena parte de los desperdicios, cuando llegue a casa los lavé, desinfecte y puse a secar, clasifique en pequeños grupos la basura, busque un pegamento que tenía y dos tapas negras de metal de los laterales de una computadora que estaban para tirar y los use como lienzo.

 

Con todo esto produje el díptico que os presento y que fue colgado en la galería de mi casa: La vida es mejor contigo. Juntos todo es posible.

 

El transformar la basura en algo agradable a los ojos, me ha llevado a realizar la siguiente analogía entre la basura y el ser humano: sobre todo cuando por ejemplo uno no se valora a sí mismo, cuando se autodestruye, cuando se pierde en los malos pasos

 

Así como, es posible transformar la mala vida del desenfreno, en vidas ordenadas por el amor de Dios, expresado en fraternidad, solidaridad, bien común y amor al prójimo, así mismo se puede transformar la basura en arte. 

 

Y es que Él Señor nos concibió como una obra de arte suya a su imagen y semejanza desde antes de nosotros nacer. 

 

Aunque nos desviemos, si nos arrepentimos y cambiamos de todo corazón, Él mismo nos perdona y nos lleva a volver a ser esa obra de arte que el concibió y entonces nos saca de la basura.

 

Cambiemos el enfoque, no huyamos del débil, de la debilidad, del desvalido, del abandonado, del irreverente, del que anda en malos pasos; ayudemos a Dios a transformar estas debilidades, en vidas en dignidad como la obra de arte que Dios nos concibió en cada uno de nosotros. 

 

Realmente el Señor nos recicla si nosotros queremos, Él nos vuelve a ser sus obras de arte tal y cómo nos concibió: Únicos e irrepetibles y a su imagen y semejanza.



 

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