jueves, 2 de septiembre de 2021

TBT: Vida Humana y Amor "Siempre Hay Esperanza"


Vida Humana y Amor | P. Mateo Andrés, S.J.




 Siempre Hay Esperanza


Hoy compartimos un TBT de Amigo del Hogar con una de las secciones más queridas de nuestra revista por su valor para el aprendizaje y crecimiento de los valores humanos y cristianos, por quien fuera su autor, un sacerdote y persona ejemplar. Esperamos este TBT sea del agrado y provecho para ustedes, nuestros lectores.

  

Amigo del Hogar inicia una nueva sección de formación humano-cristiano: Vida Humana y Amor.

 

No necesitamos llamar la atención sobre la importancia de esta temática; el lector lo ira viendo a lo largo de los números.

 

La sección está a cargo del P. Mateo Andrés, s.j., bien conocido en nuestros ambientes por su empeño de fundir o fusionar los adelantos de las psicologías con los de la espiritualidad cristiana.

 

Por su parte, el P. Mateo pretende hacer ver a sus lectores que no están reñidas Ciencia Psicología y Espiritualidad cristiana; antes, al contrario, que ambas se ayudan y complementan mutuamente.

 

En mis largos años de docencia psicológica en diversas universidades del país y en el seminario Pontificio Santo Tomás de Aquino, dos aspectos del vivir humano me han llamado poderosamente la atención y a ellos le he dedicado estudio y reflexión intensos:

1° que el hombre en cada momento de su vida nunca es algo hecho y acabado, sino que está siempre haciéndose; 2° que ese hacerse o crecer del hombre solo se realiza en el amor.


En cuanto al primer aspecto: si el hombre nunca es algo ya hecho, sino que se hace, el hombre siempre puede empezar de nuevo. En vez de entregarse sumiso y abatido a su destino de sufrimiento, el hombre puede alzar la cabeza, respirar hondo y lanzarse a un nuevo comienzo. ¿Cabe noticia más esperanzadora que esta?

 

En cuanto al segundo aspecto: si la única condición de hacerse o crecer es el amor, y amar podemos todos, de nuevo entonces el hombre puede convertirse de neurótico en sano, de infeliz en feliz, de muerto en resucitado… con solo dar y recibir amor. ¿Será verdad ese sueño maravilloso?

 

Este es el mensaje que quiere gritar esta sección:

Hay Esperanza, Siempre hay Esperanza.

La vida humana, que muchos ven como un aburrido y tedioso repetir de errores, puede convertirse en un perpetuo e ilusionado comenzar. Nunca, para ningún hombre, es ya tarde.

 

Vale la pena vivir; hay esperanza, siempre hay esperanza, cuando queremos y nos comprometemos comenzar en el amor.

 

Pero sobre una condición, facilísima y al mismo tiempo muy difícil para el hombre dolorido; solo se empieza de veras si se empieza en el amor, amándose a sí mismo y amando a los demás, sintiéndose amado de los otros y haciéndole sentir amado.

 

La vida humana puede ser otra; y puede serlo en y por el amor.

 

Un gran psicólogo norteamericano, Ashley Montagu, en el prólogo a la edición española, de su gran libro La Dirección del Desarrollo Humano dice:

“El mensaje de este libro es muy simple: que los hallazgos de las ciencias humanas, apoyan por completo la conclusión a que han llegado desde hace tiempo los hombres y mujeres más sensatos. Dicha conclusión es que vivir como si vida y amor fueran una misma cosa constituye la mejor manera de que los seres humanos crezcan, se desarrollen y logren el propósito …del hombre sobre la tierra”. 

 

Y San Pablo, el apóstol que con San Juan mejor comprendió este mensaje de Cristo, escribía a los cristianos de Roma: todo se reduce al amor, el que ama a cumplido toda la ley, el que ama hace todo lo que se espera de él, porque “la plenitud de la ley es el amor”.

 

La sección Vida Humana y Amor está dirigida muy especialmente a los que sufren, a los desanimados, a los tristes y abatidos de la vida. Y lo que, apoyada en la psicología y en el evangelio, quiere comunicarles esto:  Vale la pena vivir, hay esperanza, siempre hay esperanza, cuando queremos y nos comprometemos a comenzar en el amor.

 

Conozco muchas mujeres abandonadas que han comenzado en el amor y hoy son felices. Podemos ser otros, vivir en alegría. Tal es el mensaje que esta sección quiere llevar a sus lectores.

 

En vez de entregarse sumido y abatido a su destino de sufrimiento, el hombre puede alzar la cabeza, respirar hondo y lanzarse a un nuevo comienzo. ¿Cabe noticia más esperanzadora que esa?

 

(ADH noviembre 1987 – Año 46 – N°488)

 

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