lunes, 11 de octubre de 2021

Identidad del Sistema Cooperativo Dominicano


Humanismo Integral | Ignacio Miranda

 


Identidad del Sistema Cooperativo Dominicano

 

Octubre ha sido establecido como el Mes del Cooperativismo Dominicano. En este mes se produjeron tres acontecimientos memorables para la historia del Cooperativismo Dominicano:

 

El 1° de octubre de 1946: Convocatoria a la Primera Semana Social del Caribe a celebrarse del 3 al 8 de febrero de 1947, en la que se trataría el tema de la promoción cooperativa.

 

La convocatoria fue hecha por Monseñor Ricardo Pittini, Arzobispo de Santo Domingo. Al Padre Alfonso Chafe, quien ostentaba la triple función de Superior Scarboros (SFM), Párroco de Manoguayabo y Asesor de la Junta Nacional de Acción Católica, le correspondió dirigir la organización de la Semana Social. 

 

De inmediato, el Padre Alfonso, inició la organización cooperativa en las parroquias bajo su dirección, comenzando por Manoguayabo.

 

En la Semana Social, participaron laicos y religiosos, especialmente Scarboros, Salesianos, Jesuitas, Diocesanos.

 

Los Scarboros designaron al Padre Pablo Steel para la promoción cooperativa, a nivel nacional, quien usó la estrategia de promoción con estructuras religiosas. Yo era dirigente de Acción Católica en San Cristóbal y de una reunión surgió la Cooperativa San Agustín en 1953, de la cual resulté dirigente.

 

El 23 de octubre de 1963, se promulgó la Ley 28, que determina la obligatoriedad de la enseñanza del Cooperativismo; y, dos días después, la Ley 31 que crea el Instituto de Desarrollo y Crédito Cooperativo (IDECOOP).

 

Es importante destacar que la Ley 28 establece en su artículo 1: “Se declara obligatoria la enseñanza del cooperativismo en el segundo curso de la educación intermedia (8º curso) y en el tercer curso del bachillerato”. Esta ley nunca se ha cumplido.

 

El cooperativismo dominicano se fundamenta en el Humanismo Cristiano, fuente de la identidad nacional. Todos los evangelistas se refieren a la economía solidaria en su comunidad de pescadores: Mateo, Capítulo IV; Marcos, Capítulo I; Lucas, Capítulo V; Juan, Capítulo I.

 

Me identifico, especialmente, con el Evangelio según San Lucas:

“Se sentó y se puso a enseñarle a la multitud desde la barca. Cuando acabó de hablar dijo a Simón: Navega lago adentro y echa las redes para pescar… Lo hicieron y capturaron tal cantidad de peces que reventaban las redes. Hicieron señas a los socios de la otra barca para que fueran a ayudarlos. Llegaron y llenaron las dos barcas, que casi se hundían. Al verlo, Simón Pedro cayó a los pies de Jesús y le dijo: ¡Apártate de mí, Señor que soy un pecador! Ya que el temor se había apoderado de él y de sus compañeros por la cantidad de peces que habían pescado. Lo mismo sucedía a Juan y Santiago”, hijos de Zebedeo, que eran socios de Simón.

 

Lucas, en su otro libro, en el Capítulo IV de los Hechos de los Apóstoles, amplía esta idea: “En el grupo de los creyentes todos pensaban y sentían lo mismo: lo poseían todo en común y nadie consideraba suyo nada de lo que tenía… eran muy bien mirados porque entre ellos ninguno pasaba necesidad”. 

 

El humanismo cristiano, encarnado en el propio Jesucristo, como en su discipulado de todos los tiempos, ha demostrado que del testimonio de vida expresado en la fidelidad a los valores y principios de la institucionalidad debe tener primacía al discurso para alcanzar la excelencia y sostenibilidad.

 

EN RESUMEN

El sistema Cooperativo Dominicano requiere de un rescate en la aplicación de sus valores y principios, comenzando por la Educación Integral (“Educación Continua”), de manera que toda función sea encarnada en la persona que la ocupe; y, la institucionalidad se manifieste respetando la propiedad real de los socios, con primacía a los funcionarios designados.



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