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Emilce Cuda: Construir puentes, en diálogo entre América
Latina y la Curia
Nombrada
Jefe de Oficina de la Pontificia Comisión para América Latina, la teóloga
argentina Emilce Cuda pretende ayudar en la construcción de puentes entre el
continente y la Curia Romana de la que ahora forma parte. Aborda la realidad de
América Latina eclesial, social y económica.
En
esta entrevista hecha por el equipo de Comunicaciones del Celam, Emilce va
reflexionando sobre diferentes elementos de la realidad social y eclesial del
continente, a la luz del Magisterio del papa Francisco. Llama a mirar hacia el
futuro, teniendo muy presente la realidad económica y ecológica. Como participante en la primera Asamblea
Eclesial, considera que ha iniciado un proceso, una transición hacia la
justicia y la conversión cultural. Un momento que, más allá de lo debatido y
las conclusiones, ha puesto en marcha algo nuevo. Todo ello como mujer, cuya
tarea y aporte se va reconociendo, también el Vaticano.
Abrir
puentes
En
la entrevista, la teóloga afirmó que ser jefe de Oficina de la Comisión para
América Latina, significa ir “construyendo en la medida en que vaya actuando y
cumpliendo con las funciones que tiene la CAL, que es justamente ser un puente
de comunicación entre América Latina y la Curia Romana. Cuda pretende,
construyendo puentes, comunicar el estado de la cuestión de América Latina a la
Santa Sede, no solamente en el campo de la fe y la religión, sino también en el
campo de los problemas urgentes que tiene el continente.
Y “contar en América Latina el actual
Magisterio Pontificio, que está enfocado en resolver y encontrar salidas a una
crisis ecológica. Resolver esa crisis en América Latina significa tender
puentes. En primer lugar, Norte-Sur, hay que abrir un diálogo entre
Norteamérica y Latinoamérica, un diálogo que tiene que ir en las dos
direcciones que marca la crisis ecológica, en el campo de la crisis ambiental y
en el campo de la crisis social”.
Al
respecto, “implica abrir un diálogo fraterno con empresas, en la actualidad,
aquellas que tienen que ver con energía, alimento y transporte. Y en el campo
social abrir un diálogo que tenga que ver con las organizaciones de los trabajadores,
sean sindicatos, movimientos populares o cámaras de empresarios. Para eso va a
colaborar mucho la CAL”.
Abrir
diálogo con todo América Latina, y con los EEUU, por la situación de los
migrantes latinoamericanos que hay en ese país. Los migrantes, justamente se
ven obligados a emigrar por cuestiones económicas.
Cuda
señala que, para abrir puentes, se debe además leer la realidad de América
Latina, afrontando el concepto histórico actual, alejarse de la realidad del
siglo XX, porque como afirma, el panorama mundial ha dado un giro enorme en el
siglo XXI, el salto tecnológico profundiza esas diferencias.” Leer
Latinoamérica con categorías sociales y políticas del siglo XX, es totalmente
inoperante”.
La
realidad latinoamericana
A
la pregunta si existe cierta mentalidad colonialista, en relación con América
Latina, la Jefe de Oficina vaticana dijo que según informes y análisis
económicos y financieros, tomando organizaciones serias, como es la CEPAL, e
incluso la Organización Internacional del Trabajo, se encuentra ante una
realidad con un 62% de la población activa desempleada hoy en el mundo, con un
46% de pobreza en América Latina, con Estados desmantelados, Estados que han
recortado la inversión en educación y salud. Yo creo, dijo, que hay que ir más
allá de la palabra colonialismo.
“Hay
un problema en América Latina, y es que nuestro continente es un continente con
muchas riquezas naturales, y esas riquezas están siendo apropiadas,
concentradas, a modo de renta, están sido fugadas en divisas hacia los países
centrales, cuando no a paraísos fiscales, y eso es algo que se practica desde
las mismas economías locales. Tal cual lo trató el tema el Papa Francisco,
cuando llama al diálogo a los jóvenes, para una economía de Francisco, en el
siglo XXI no se puede resolver la situación de América Latina, solamente con la
mediación de la cultura popular”.
La
reflexión teológica y la ecología
El
Celam, al preguntarle a la teóloga, señala que la “reflexión teológica en los
últimos años ha ido en el campo de la ecología, siendo algo que todavía aumentó
más con la publicación de la encíclica Laudato Si”. Por tanto, le cuestionó
Cómo hacer que esa reflexión teológica en torno a la ecología y a la conversión
ecológica sea más asumida por la Iglesia en la base y en la vida del día a día
La
respuesta de Emilce Cuda fue que “hay que darle el estatus teológico que le
corresponde a esta denuncia de la crisis ecológica. Porque la teología se ocupa
de hablar de Dios al interior de la Trinidad y también de hablar de la obra de
Dios, lo que llamamos la teología económica. La obra de Dios es la Creación, es
decir el Planeta, con todas sus formas de vida, y por supuesto el hombre como
“imago dei”, eso también es parte de la teología”.
Los
teólogos, dijo, les corresponde analizar cuando esa Creación está siendo amenazada.
Y como teólogos moralistas sociales, agregó, les corresponde entrar en esa
realidad y hacer que las personas tomen conciencia de que eso también les
pertenece como parte de la evangelización, cuidar la obra de Dios es parte de
nuestro compromiso, y añadió:
“Está
en el Génesis, no es solo un tema del cristianismo, es un tema del
judeo-cristianismo. Dios da el jardín para que lo cuidemos y lo desarrollemos,
es decir, ocuparse de lo ecológico no es ocuparse de lo económico, es ocuparse,
desde el punto de vista de la fe, de aquello que nos fue donado, para que
vivamos y tengamos una vida buena y en abundancia”.
Acceso
universal a los bienes
Sobre
el uso, y no el abuso, ni la explotación de los bienes que da la naturaleza,
Cuda señaló que primero hay que entender los “principios de la Doctrina Social
de la Iglesia que son, básicamente, dignidad humana, destino universal de los
bienes, solidaridad, subsidiariedad. ¿Qué se entiende por eso hoy, en el siglo
XXI? Si hablamos del destino universal de los bienes, que el Papa lo llama
acceso universal a los bienes, si estamos de acuerdo con ese principio del
Magisterio social y pontificio, que arranca con León XIII, no podemos
justificar de ninguna manera la concentración de los bienes creados y
desarrollados”.
Y
agrega que los “bienes desarrollados tecnológicos son el producto colaborativo
de muchos pueblos y de muchas generaciones. Así que ahí hay una contradicción
con los principios de la Doctrina Social de la Iglesia”, afirma.
Segundo,
el principio de subsidiariedad tiene que ver con la participación. El Sínodo de
la Sinodalidad no es algo ajeno a esto, afirma, sobre todo cuando se habla de
subsidiariedad como organización de la comunidad que hará “la toma de
decisiones, que tiene que ver no solamente con el momento del escrutinio, de
una elección de un presidente y de una cámara de congreso. Tiene que ver
también con las decisiones económicas”.
El
Papa en Querida Amazonía, dijo, cuando habla de los sueños sociales, él dice:
“todos tienen que sentarse a la mesa como pares, a decidir, no solo la
distribución de la riqueza, sino también la reinversión de la riqueza”. Porque
no se trata de redistribuir y seguir concentrando la riqueza al costo de la
Creación. Si todos nos sentamos a la mesa como pares, a tomar decisiones,
también podemos cuidar la casa común y cómo se va a reinvertir esa renta.
Publicado
por Vatican News
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