lunes, 14 de febrero de 2022

Bodas de Oro: 50 años de eterno Amor


Meditación | Sandy Yanilda Fermín

 


Bodas de Oro: 50 años de eterno Amor

 

Siempre le pedí a Dios, que me permitiera cumplir los 50 años de casada y somos bienaventurados, somos dichosos porque el Señor, nos lo permitió”, así inició mi conversación con doña Modesta.

 

Don Luis decía: “Quiero encontrar una muchacha humilde para casarme. Modesta, fue un regalo de Dios para mí, ha sido una bendición de la Virgen de la Altagracia”.

 

El 21 de enero del 2022, día de nuestra Señora de la Altagracia, se celebró en nuestra capilla, las Bodas de Oro de Modesta y Luis Genao, quienes un día delante de la Virgen, hace 50 años, profesaron un eterno amor.  La celebración fue presidida por el sacerdote Misionero Juan Tomás García Pichardo.

 


El cielo abrazó esa mañana y sonrió de una manera sorprendente, cuando lo vimos llegar con su ropa blanca impecable, una sonrisa en sus labios, unos ojos ensanchados de alegría y llenos de la gracia del Señor.

 

Hace 50 años iniciaron un viaje juntos, donde expresan que la bendición de Dios nunca les ha faltado. Siempre han permanecido juntos y agradecidos de Dios en las buenas y en las malas.

 

Detrás de las nubes, se enjugaron unas lágrimas de alegría, donde se dio a luz a unas vidas. Han sido afortunados, procrearon cinco hijos, de los cuales algunos están casados y les han dado a ellos unos hermosos nietos, quienes también disfrutaron y pudieron vivir esta experiencia maravillosa de buen ejemplo de sus abuelos.

 

Nos cuentan que el respeto ha sido su amigo fiel. El amor y la misericordia de Dios, ha sido su compañera en cada diálogo.

 

La celebración para toda la comunidad fue inolvidable, vimos a dos seres expresarse un amor verdadero, genuino, era como si estuviéramos, presenciando un cuento de hadas y en medio de esa magia, las huellas de Jesús, la vimos guiar a un hermoso matrimonio.

 

Aquel día maravilloso donde renovaron sus votos de un amor eterno, juntos en la vida, el cual se convirtió en un privilegio, ya que muy pocos hoy, tienen esa gran oportunidad.

 

Nunca había estado en una Bodas de Oro, y para mí fue emocionante el ver unas personas después 50 años, agarrarse de las manos y decirse un “Te amo”.  

 

Fue un reencuentro de familias, amigos y lo más importante, un reencuentro con ellos mismos, donde su vida se entrelazaba en medio de una mirada de amor.

 

Celebrar sus Bodas de Oro para don Luis y doña Modesta ha sido muy importante en sus vidas, porque ha simbolizado una fortaleza, una gran felicidad, prudencia, trabajar juntos, gozar de buena salud.

 

Don Luis, nos dice, de vez en cuando, colabora con los quehaceres de la casa y hasta hacer un desayunito juntos.

 


50 años despertando juntos y viendo un amanecer coloreado, colmado de ternuras, bellas esperanzas, cuidándose, apoyándose, protegiéndose, y la brillantez del Espíritu Santo en medio de ellos, de su hogar y su toda su familia.

 

El plan de Dios, su sabiduría, ha permitido abundancia en sus vidas, juntos venciendo las dificultades y las batallas que vivieron desde la Fe. Envolviendo de armonía y alegrías su hogar.

 

Una lluvia de esperanzas, con un poco de confianza, sin dejar de lado la añoranza de aquel hermoso día, donde doña Modesta dijo si, ante Dios y ante don Luis.

 

Juntos soñando conquistar el universo con su romance, donde solo habitan dos seres humanos, que apaciguan un radiante sol y atrapan las estrellas con su cálido amor.

 

La canción por amor, entonada en oración, calmó la sed de unas almas puras, que anhelaban con ternura, una mirada de amor.



 

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