Vida Humana | Vatican News
Aborto: obispos chilenos exhortan a defender la vida
Luego
de la aprobación de la norma por parte de la Convención Constitucional, según
la que el Estado debe asegurar las condiciones para el aborto, los obispos
chilenos reivindican el valor de la vida humana desde la concepción hasta la
muerte y reafirman el compromiso de los católicos con su defensa.
“Una
Constitución Política con una norma sobre aborto libre no podrá ser sentida y
asumida como propia por muchos chilenos, entre ellos muchas personas que
profesamos una fe religiosa, pues el respeto a la vida humana desde la
concepción no es algo secundario o cuya consideración sea optativa, sino un valor
fundamental que afirmamos apoyados en la razón y la fe”. En estos términos la
Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Chilena manifiesta su
consternación tras la aprobación de la norma por parte de la Convención
Constitucional que establece que el Estado debe asegurar a todas las mujeres,
entre otras cosas, “las condiciones para (…) una interrupción voluntaria del
embarazo”.
En
un comunicado, disponible en el sitio web del Episcopado chileno, subrayan que
“es evidente que una norma de tal naturaleza constituye un hecho de máxima
gravedad”.
“[La
Convención afirma un derecho a decidir en forma libre y autónoma sobre el
propio cuerpo, pero olvida y silencia del todo que en el vientre de quien está
embarazada hay un segundo cuerpo, otro ser humano, que para quienes aprobaron
la norma simplemente no existe.]”
Los
prelados agradecen a quienes se opusieron a la norma, pero lamentablemente
–dicen- como lo hemos sostenido en reiteradas oportunidades, se ha ido
imponiendo en el país una “mentalidad contraria a la vida de la persona ya
concebida”. Por este motivo, llaman a los chilenos a ser conscientes de esta
triste dinámica, “que tiene como corolario inaudito la incorporación del aborto
libre nada menos que como un derecho constitucional”. Con el Papa Francisco,
los obispos vuelven a decir, citando la encíclica Fratelli tutti: “Si la
dignidad de la persona humana no queda a salvo y, por el contrario,
consideramos a algunos menos valiosos o descartables, no hay futuro ni para la
fraternidad ni para la sobrevivencia de la humanidad” (cfr. Fratelli tutti,
107).
“Reafirmamos
valores esenciales que en este tema están en juego”
El
29 de septiembre de 2021, luego de la aprobación de la idea de legislar el
proyecto de ley que despenaliza el aborto hasta las 14 semanas de gestación,
los Obispos de la Iglesia católica en el país sudamericano emitieron un
comunicado. En él, lamentaban “profundamente esta decisión” y reafirmaban, ante
la opinión pública, valores esenciales que en este tema están en juego.
En
dicha oportunidad, también dirigían una fuerte invitación a los católicos, que
están llamados a actuar en la vida pública desde las convicciones de fe y desde
los argumentos de la razón, y les recordaban que “la inmoralidad del aborto se
encuentra entre las enseñanzas constantes de la Iglesia”. Recordaban palabras
del Papa San Juan Pablo II, quien en la encíclica Evangelium vitae, que el
próximo 25 de marzo, Solemnidad de la Anunciación y Día del Niño por Nacer,
cumple 27 años de publicación, decía:
“[Con
la autoridad que Cristo confirió a Pedro y a sus Sucesores, en comunión con
todos los Obispos (…) declaro que el aborto directo, es decir, querido como fin
o como medio, es siempre un desorden moral grave, en cuanto eliminación
deliberada de un ser humano inocente. Esta doctrina se fundamenta en la ley
natural y en la Palabra de Dios escrita; es transmitida por la Tradición de la
Iglesia y enseñada por el magisterio ordinario y universal (cfr. Evangelium
vitae, 62).]”
En
dicho texto, retomaban ideas expresadas en 2015, cuando sostuvieron que “la
ciencia biológica confirma que desde el momento de la fecundación se inicia una
nueva vida humana, distinta a la del padre y a la de la madre que, en un
proceso continuo, gradual y autónomo, se irá desarrollando en el tiempo”.
Cobijado
y dependiente de la madre –señalaban-, no es sin embargo parte del cuerpo de
ella, sino otro ser, por lo que su individualidad debe ser respetada. Para los
obispos, este respeto incondicional a la vida humana es lo que debe guiar
cualquier consideración ética, legislativa, humana y sanitaria ante la realidad
de un embarazo no deseado.
“[Está
claro que hay situaciones humanas complejas, y a veces dramáticas, que pueden
surgir de un embarazo. Pero nada de ello se soluciona con la eliminación
deliberada de un ser humano indefenso e inocente. El talante de una sociedad se
mide en la capacidad de hacerse cargo de los más débiles, los que siempre han
de ser tratados en virtud de la dignidad que les es propia, y no de intentar solucionar
los problemas por medio de la violencia.]”
Publicado
por Vatican News
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