lunes, 4 de abril de 2022

En Cristo se desvela todo


Espiritualidad | Antonio Moreno Ruiz/VN

 


En Cristo se desvela todo


Evangelio: Juan 8,1-11 o bien 8,12-20

En aquel tiempo, Jesús volvió a hablar a los fariseos: «Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no camina en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida». Le dijeron los fariseos: «Tú das testimonio de ti mismo, tu testimonio no es válido». Jesús les contestó: «Aunque yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio es válido, porque sé de dónde he venido y adónde voy; en cambio, vosotros no sabéis de dónde vengo ni adónde voy. Vosotros juzgáis según la carne, yo no juzgo a nadie; y, si juzgo yo, mi juicio es legítimo, porque no estoy yo solo, sino que estoy con el que me ha enviado, el Padre; y en vuestra ley está escrito que el testimonio de dos es válido. Yo doy testimonio de mí mismo, y además da testimonio de mí el que me envió, el Padre». Ellos le preguntaban: «¿Dónde está tu Padre?». Jesús contestó: «Ni me conocéis a mí ni a mi Padre; si me conocierais a mí conoceríais también a mi Padre». Jesús tuvo esta conversación junto al arca de las ofrendas, cuando enseñaba en el templo. Y nadie le echó mano, porque todavía no había llegado su hora.


Comentario

Hombres y mujeres de todos los tiempos han buscado entre brumas la verdad, el sentido de todo, el porqué del hombre si todo acaba en la muerte. Y siguen buscándolo en la filosofía, en la ciencia… Jesús se proclama a sí mismo como la luz del mundo, la guía para no caminar en tinieblas. Y es que él es la respuesta a todos los anhelos del ser humano. En Cristo se iluminan todos los enigmas de nuestra existencia: el dolor, la muerte. En Cristo resucitado, nuestra muerte ha sido destruida, nos han sacado de la oscuridad del sepulcro y nos han llevado a la luz. Por él y en el podemos llamar a Dios Abbá, ¡Padre!


Publicado por Vida Nueva

      

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