viernes, 16 de septiembre de 2022

Soy Laico Misionero


Meditaciones | Sandy Yanilda Fermín

 


Soy Laico Misionero

 

Cada vez que escucho el canto: “Sagrado Corazón de Jesús, viva llama de amor y de luz”, recuerdo mis inicios a la vida cristiana con los Misioneros del Sagrado Corazón de Jesús. Recuerdo como de manera natural y gratuita cumplieron en mí y en mi comunidad, la visión que tuvo su fundador, el Padre Julio Chevalier, aquel día que tuve la oportunidad de encontrarme con ellos.

 

Ellos no sólo se enfocaron en la parte de la formación religiosa como tal, sino que nos incluyeron en el proyecto de Dios en la parte secular y como laicos. Sin su apoyo y colaboración, nosotros los laicos, no nos hubiéramos integrado al plan salvífico que más tarde, continuaríamos en las comunidades en que hoy estamos.

 

Con ellos nos comprometimos a vivir y transmitir la espiritualidad de una manera que transformáramos la sociedad en la cual vivíamos en ese momento, y lo más importante, nos transformamos a nosotros mismos, nos hicimos partícipes hasta estos tiempos, de continuar con esa misma vocación, de compartir donde quiera que vamos: “La espiritualidad del Corazón de Jesús”.

 

Desde nuestro papel de laicos, fue fácil integrarnos a la familia MSC, participar activamente en la comunidad, rezar las oraciones diarias del Culto Perpetuo al Sagrado Corazón y el Acuérdate a Nuestra Señora del Sagrado Corazón. No nos perdíamos una Eucaristía, las catequesis sectoriales, los ensayos del Coro, la catequesis de los niños. Nos hicieron enamorarnos de Jesús y querer hoy día, que el camine con nosotros todos los días hasta el final, en busca siempre de nuestra santificación personal.


Recuerdo el viernes primero de cada mes, veía a las señoras caminar por las calles, alegres, vestidas de un blanco inigualable, bien peinadas, su lazo rojo en su blusa y una flor blanca, a encontrarse con su Amigo tierno de Bethania.

 

Los laicos Misioneros del Sagrado Corazón queremos ser testigos y portadores del amor misericordioso de Dios, sirviendo a los hermanos/as con todos los dones puestos por Dios en sus manos, reparando con nuestra imaginación creadora los males que padece nuestra sociedad.

 

Como Laicos queremos desde nuestro bautismo, formar parte del Pueblo de Dios y que participemos con Jesús siendo Sacerdote, Profeta y Rey.

 

¡Si no eres Misionero te invito a serlo! A transmitir y llevar la pastoral que Dios nos llama y gritar a viva voz:

 

Y así por calles voy cantando, por calles pregonando lo bello que es tu amor. Estoy dispuesto a lo que sea, no importa lo que sea, tu llámame a servir. Llévame donde los hombres, necesiten tu palabra…”





  

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