Vida Religiosa | P. José Pastor Ramírez/LD
Tipos de cristianos
Hoy
se verifica en las personas, las familias, la sociedad, e incluso en la Iglesia
misma, una tendencia natural y casi espontánea a conformarse con lo fácil, lo
superficial y lo cómodo. Regularmente, a quienes exhiben estos perfiles, les
resulta dificultoso, ilógico y hasta anticuado vivir desde la exigencia de la
fe cristiana. Les cuesta escuchar con serenidad, aceptar y seguir a Jesús.
De
hecho, hay expresiones de Jesús que generan mucho ruido y rechazo en los oyentes,
como, por ejemplo: “Quien no lleve su cruz detrás de mí, no puede ser mi
discípulo”. Es claro que, si se vive evitando problemas y conflictos, si no se
sabe asumir riesgos y penalidades, si no se está dispuesto a soportar
sufrimientos por el reino de Dios y su justicia, no se puede ser discípulo de
Jesús.
Así
como un caminante para lograr su meta, ha de contar siempre con la carta de
ruta, la brújula y el GPS. Igualmente, el cristiano creyente ha de leer,
estudiar, meditar y vivir las Sagradas Escrituras.
El
mes de septiembre, en el cual estamos, es una oportunidad estupenda para
evaluar el uso y el lugar que ocupa la Palabra de Dios en nuestra propia vida.
Ella contribuirá, indudablemente, en la construcción del perfil del seguidor de
Jesús, del cristiano. En ella encontramos los criterios de actuación del
discípulo.
Consiguientemente,
no se puede ser cristiano de cualquier manera. El Papa Francisco está muy claro
en ello. Él identifica en la sociedad estilos de cristianos que poco tienen que
ver con la identidad de los discípulos de Jesús: habla de “cristianos de buenos
modales, pero de malas costumbres”; “creyentes de museo”; “hipócritas de la
casuística”; “cristianos incapaces de vivir contra corriente”; “cristianos
corruptos” que solo piensan en sí mismos; “cristianos educados” que no anuncian
el evangelio.
Pero,
además, el Papa identifica los “cristianos que no caminan” que dan la impresión
de estar “embalsamados”, estos pueden distribuirse en cuatro tipos diversos,
cada uno peor que el otro: “cristianos momios”, no camina y no hace camino, “no
se sabe realmente qué es”, “es un cristiano un poco “paganizado” que no hace
florecer las bienaventuranzas en su vida y, mucho menos, las obras de
misericordia. Tales “momias espirituales”, “no hacen el mal, pero tampoco hacen
el bien”; el “cristiano obstinado, terco”, se equivoca, pero eso no es lo peor.
Su tragedia es ser terco y decir “este es el camino” y no escuchar la voz del
Señor cuando habla y señala: “vuelve atrás y toma el verdadero camino”; los
“cristianos vagabundos”, estos caminan, pero no saben dónde van”. “Son errantes
vagabundos en la vida cristiana”. Su existencia consiste en dar vueltas, por
aquí, por allá, y pierden así la belleza de acercarse a Jesús. No tienen
brújula dan vueltas y vueltas; y, finalmente los cristianos a mitad de camino,
aquellos que en el trayecto son seducidos por una belleza y se detienen
fascinados por lo que observan. El Obispo de Roma ha subrayado que “la vida
cristiana no es una fascinación, ¡es una verdad! ¡Es Jesucristo!”.
Publicado
por Listín Diario
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Promueve el diálogo y la comunicación usando un lenguaje sencillo, preciso y respetuoso...