Actualidad | Alcedo A. Ramírez
Amor,
Honestidad y Patria
Hace
un año que destacábamos los retos y compromisos que los cristianos debíamos
asumir en la sociedad en que vivimos, fortalecidos por el Espíritu Santo, a fin
de que la misma sea más equitativa, fraterna y justa. En este año 2023 tenemos
que integrar el valor de la HONESTIDAD,
a todas las actividades y trabajos que realicemos, para así garantizar una
mayor posibilidad de éxitos en los esfuerzos evangelizadores, sinodales y
pastorales.
Sabemos
que el valor de la honestidad es
necesario para la mejor convivencia humana, hace de las organizaciones entes
más funcionales, una sociedad más justa, las cuales aprovechan los recursos
disponibles y las diferentes oportunidades que se presentan, en los ámbitos
locales, nacionales e internacionales. La convivencia humana mejora
considerablemente por la presencia de la honestidad en sus actores, en vista de
que obliga a respetar la verdad, los hechos del mundo, las instituciones,
organizaciones y a todos los demás hombres.
Como
la honestidad es un valor muy ligado a la moral, las personas honestas pueden entablar buenas relaciones con sus
semejantes, basadas en el amor, la
confianza, la sinceridad y el respeto mutuo. En la sociedad que vivimos, los
cristianos debemos dar ejemplos de honestidad y seriedad en todas nuestras
acciones y comportamientos, muy especialmente cuando ocupamos posiciones de
relevancia en el gobierno y en las empresas privadas. De esta manera podemos
ser fermento, luz y sal para nuestros conciudadanos.
A
pesar de que la honestidad aparenta ser solo un valor ético y moral, la misma
tiene gran impacto en lograr un ambiente
integral, justo y veraz en todas las esferas de la sociedad en que nos
movemos, el cual conduce a que los componentes, instituciones y personas de
esta sociedad funcionen correctamente como un todo, reduciéndose considerablemente
los niveles de corrupción y violencia. Estas características contribuyen
también a que la Patria Dominicana,
como un todo orgánico, eleve su nivel general de bienestar y seguridad.
Precisamente
en el Escudo Nacional aparece el libro de la Biblia, abierto en la página en
que se puede leer la frase, conocida por todos, de “Conoceréis la Verdad y la Verdad os hará libres”. Esta frase nos
anima a que lleguemos a un alto grado de libertad y honestidad personales buscando
asidua y continuamente la Verdad, otro gran valor ético y moral que nos
engrandece como personas y como Patria, los dos elementos básicos constitutivos
de nuestra identidad y realidad nacional que se llama la República Dominicana,
cuya creación y formación conmemoramos en este mes de febrero.
En
otros lugares de la Sagrada Biblia se destacan ejemplos importantes de la práctica
constante y permanente de la honestidad, en nuestras vidas y sociedades, como
un valor agregado especial para hacer de este mundo un mejor lugar para el amor
fraternal, la amistad y el discurrir de los Pueblos y Naciones. Cuando nos
comportamos de esta manera, evitamos caer en las tentaciones que han dañado tantos seres humanos, como son las
conductas laxas de buscar lo suyo, sin importar los demás, el poder como vehículo
de represión y enriquecimiento ilícito, la riqueza como dios terrenal y fuente
de recursos para comprar almas, conciencias y cuerpos, todas las cuales
conducen a una corrupción denigrante y rampante.
Sin
lugar a dudas que un valor tan beneficioso para todos, como es la HONESTIDAD,
resulta ser un rasgo muy deseado para formar parte de las naturalezas de
personas y pueblos. Pero esta gracia divina la podemos aprovechar todos,
siempre y cuando la podamos transmitir de las personas a la sociedad, pasando
por el hogar y la familia, que es la institución básica constitutiva de la Patria de Duarte, Sánchez, Mella y
Luperón, que todos llamamos y queremos, con el nombre de la República Dominicana. Dios, Patria y
Libertad.
ADH
875 febrero 2023
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