Meditaciones | Sandy Yanilda Fermín
De
paseo en el Cielo
Yo también caminaba junto a ellos y de repente una
voz fuerte me llamó. Salí de la fila de los que estaban alistados para caminar y esa voz tan dulce, pero a la vez fuerte, me
dijo:
“Hace mucho tiempo que te esperaba”.
Buscaba el rostro de la voz y no lo veía. Era como si estuviera delante de la presencia divina. Era estar en un sueño
hecho realidad, pero de paseo en el
cielo, invitada por Dios mismo a contemplar el cielo, hechura de sus manos.
La voz continuó
hablando y me dijo que contemplara toda la tierra desde el cielo. Visualizaba
desde dentro de las nubes, donde residía mi familia, quería encontrarlos. Era como
si mi cara topara con el viento y mis ojos vislumbraran la hermosura del cielo,
sin querer bajar. Era algo extraordinario y transparente y, enseguida comencé a
buscar a mi hijo. Lo buscaba y lo buscaba, pero no lo veía. Le pregunte a la
voz, ¿dónde estaba mi hijo? y en seguida me dijo: si te quedas aquí conmigo, no lo vas a volver a ver. A lo que yo respondí
en tono triste, si no vuelvo a ver a mi hijo no me gustaría quedarme aquí. En
ese momento desperté y sólo pensé, ¡Oh Dios! tuve un encuentro maravilloso y
especial con Dios mismo, pero rechacé tu oferta de quedarme con contigo, en el
cielo, para continuar disfrutando de mi hijo y mi familia.
Estar de paseo en el
cielo fue algo sorprendente. Es ver que el amor de Dios es tan fuerte, que me
hizo una invitación, pero la rechacé. Así como muchas personas han rechazado su
oferta de tenerlo tan cerca como lo tuve yo, donde a diario lo vemos junto a
nosotros escuchando nuestra voz como un padre amoroso. No rechacemos su oferta y sigamos el camino al cielo, como ir a la
iglesia, orar, ayudar, ser humildes, bondadosos, y más en este tiempo de
cuaresma.
Mi hijo Iván Josué
escribió esta parte: “Cuando hayas
llegado al cielo, Dios te dará una oferta, acéptala para vivir feliz en el
reino de los cielos con Jesús y María por siempre y feliz”.
A cuántas personas
hemos visto partir al cielo y no regresar. A cuántas personas hemos visto
alejarse de nosotros en procura de un mundo mejor. A cuántos familiares hemos
visto cruzar una frontera y pareciera
que se nos han ido por siempre y ese lapso donde no hay comunicación,
mientras vuelan en su corazón, esta su tierra, su familia, y una canción
inspirada con amor, que les recuerda, su
nación, el cielo y una motivación que se convierte en razón para volver de
corazón, a abrazar con sentimientos y amor, aquellos seres queridos que los
esperan con los brazos abiertos y con ojos llenos de lágrimas, por pensar en
ese momento de emoción.
Esas personas las hemos
dejado con el corazón triste y ensimismado, esperando con ansias ese día de retorno, no sabiendo ni cuándo volverán,
pero existe la esperanza que algún día será.
En este tiempo de
cuaresma que apenas inicia, que nuestro norte sea siempre irnos preparando para ese encuentro de llegar al cielo algún día,
siempre y cuando estemos listos y preparados
para encontrarnos cara a cara con el rostro de Dios, y más en los que nos
necesitan y así algún día ganarnos esa hermosa corona de entrar al Reino de
los cielos.
¿Te imaginas que Dios nos dé esa
oportunidad de ir de paseo al cielo?
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