Un Momento | Mons. Ramón Benito de la Rosa y Carpio/LD
Un dolor que sana
Cuando
meditamos en el misterio de la pasión de Jesús entonces comprendemos con la
mente y el corazón que verdaderamente, como dice el profeta Isaías: “Él soportó
el castigo que nos trae la paz, y por sus llagas hemos sido sanados”.
El
dolor de Dios que sufre en la cruz por todos los hombres y mujeres es que nos
trae la paz, la salud y la salvación. Esto nos lleva a la reflexión de que el
dolor, el sacrificio y los esfuerzos diarios son los que pueden traernos los
grandes beneficios que necesitamos para nuestras vidas. Bien lo dice nuestro
pueblo cuando afirma: “Lo que tiene valor, siempre cuesta”.
Publicado
por Listín Diario
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