Evangelización | Carlos Pérez Laporta
Dios viene a darnos todo
Martes de la 8ª semana de Tiempo Ordinario / Marcos
10, 28-31
Evangelio:
Marcos 10, 28-31
En aquel
tiempo, Pedro se puso a decir a Jesús:
«Ya ves que
nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido». Jesús dijo:
«En verdad
os digo que no hay nadie que haya dejado casa, o hermanos o hermanas, o madre o
padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, que no reciba ahora, en
este tiempo, cien veces más – casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y
tierras, con persecuciones -, y en la edad futura, vida eterna. Muchos primeros
serán últimos, y muchos últimos primeros».
Comentario
La liturgia
recorta el Evangelio y parece que lo que diga Pedro no venga a cuento de nada.
En realidad, el diálogo es más extenso y las palabras de Pedro vienen a
continuación de otras de Jesús. Con todo, el recorte no es ficticio, porque es
muy probable que estas palabras que ahora pronuncie las llevase Pedro siempre
en su corazón: «Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido».
Pedro había
visto lo suficiente de Jesús como para dejarlo todo por Él, pero eso no
significaba que dejarlo todo fuera algo pacífico e inmediato. No es
descabellado pensar que Pedro tuvo siempre estas palabras a flor de piel,
porque seguir a Jesús no significaba estar tranquilo, en una situación cómoda y
con todo arreglado. Constantemente le venía a la mente lo que había dejado
atrás, como la esposa de Lot. Estaba seguro de su elección, pero esa seguridad
no resolvía todas las tensiones de su corazón, que seguía amando aquello que
había dejado atrás. Pues no se sigue a Jesús porque no se ame la vida; antes
bien, se le sigue precisamente porque se ama la vida, y se la quiere amar más
aún.
Sabiendo
eso, Jesús le respondió. «En verdad os digo que no hay nadie que haya dejado
casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por
el Evangelio, que no reciba ahora, en este tiempo, cien veces más —casas y
hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones— y en la edad
futura, vida eterna. Muchos primeros serán últimos, y muchos últimos primeros».
Dios no
viene a quitarnos nada, sino a dárnoslo todo con su Hijo. No es una posesión
pacífica, porque no es una posesión según nuestro poder. Habrá persecuciones.
Por eso, para que podamos tenerlo todo con Él, es necesario dejarlo todo por
Él, y vivirlo todo según Él.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Promueve el diálogo y la comunicación usando un lenguaje sencillo, preciso y respetuoso...