Mensajes | Francesca Sabatinelli
Francisco: Es urgente formar
hombres capaces de relaciones sanas
El Papa, recibiendo en audiencia a las
delegaciones de la Federación Italiana de Semanarios Católicos, del Sindicato
Italiano de Prensa Periódica, de la Asociación "Corallo" y de Aiart,
habló de las últimas y dramáticas noticias de violencia contra las mujeres para
reiterar la necesidad de educar al respeto y al cuidado: "Prudencia y
sencillez son ingredientes educativos básicos en la complejidad actual,
especialmente en la red, donde no se debe ceder a la tentación de sembrar
odio".
Formación, protección y testimonio son
los "tres caminos" que deben seguir los trabajadores de la
comunicación para "renovar su compromiso con la promoción de la dignidad
de las personas, por la justicia y la verdad, por la legalidad y la corresponsabilidad
educativa", también como respuesta a las "terribles noticias de la
violencia contra las mujeres". Lo dijo el Papa al recibir a las
delegaciones de la Federación Italiana de Semanarios Católicos (Fisc), de la
Unión de la Prensa Periódica Italiana, de las Asociaciones "Corallo"
y "Aiart - Cittadini mediali", a las que invitó también a confiar a
san Francisco de Sales y al beato Carlo Acutis sus "pasos por los caminos
de la formación, de la protección y del testimonio".
No
ceder a la tentación de sembrar ira y odio
El enraizamiento capilar de tales
realidades mediáticas representa, como explica el Papa Francisco, la
"geografía humana que anima el territorio italiano". La comunicación,
añade, es precisamente "poner en común, tejer hilos de comunión, crear
puentes sin levantar muros". De ahí la importancia de seguir tres caminos.
El primero es el de la formación, una "cuestión vital", dice
Francisco, por la que entiende "el modo de conectar las generaciones, de
favorecer el diálogo entre jóvenes y mayores, esa alianza intergeneracional
que, hoy más que nunca, es fundamental".
Prudencia y sencillez son dos
ingredientes educativos básicos para navegar en la complejidad actual,
especialmente en la red, donde es necesario no ser ingenuos y, al mismo tiempo,
no ceder a la tentación de sembrar ira y odio. La prudencia, vivida con
sencillez de espíritu, es esa virtud que ayuda a ver lejos, que lleva a actuar
con "previsión", con visión de futuro. Y no hay cursos para tener
prudencia, no se estudia para tener prudencia. La prudencia se practica, se
vive, es una actitud que nace junta del corazón y de la mente, y luego se
desarrolla. La prudencia, vivida con sencillez de espíritu, siempre nos ayuda a
tener previsión.
Violencia
contra las mujeres
Los semanarios católicos dan testimonio
de ello sin limitarse a dar "sólo las noticias del momento, que se queman
fácilmente", sino transmitiendo "una visión humana y una visión
cristiana orientada a formar las mentes y los corazones, para que no se dejen deformar
por palabras gritadas o por crónicas que, pasando con morbosa curiosidad del
negro al rosa, descuidan la limpidez del blanco". La invitación de
Francisco es a promover una "ecología de la comunicación" que mire
más allá de las primicias y las noticias para recordar que "siempre hay
sentimientos, historias, personas de carne y hueso que hay que respetar como si
fueran los propios parientes".
Y vemos en las tristísimas noticias de
estos días, en las terribles noticias de violencia contra las mujeres, cuán
urgente es educar para respetar y cuidar: formar hombres capaces de relaciones
sanas. Comunicar es formar al hombre. Comunicar es formar sociedad. No
abandonéis el camino de la educación: ¡os llevará lejos!
Proteger
la dignidad de las personas
Después de la formación está el camino
de la protección, es decir, la necesidad de "promover instrumentos que
protejan a todos, especialmente a los grupos más débiles, a los menores, a los
ancianos y a las personas con discapacidad, y los protejan del intrusismo de lo
digital y de las seducciones de una comunicación provocadora y polémica".
La realidad de los medios católicos puede "hacer crecer una ciudadanía
mediática protegida, puede sostener guarniciones de libertad informativa y
promover la conciencia cívica, para que se reconozcan derechos y deberes
también en este campo".
Es una cuestión de democracia
comunicativa. Y esto, por favor, háganlo sin miedo, como David contra Goliat:
con una pequeña honda derribó al gigante. No os limitéis a jugar a la
defensiva, sino que, siendo "pequeños por dentro", pensad a lo
grande, porque estáis llamados a una gran tarea: proteger, con la palabra y la
imagen, la dignidad de las personas, especialmente la dignidad de los pequeños
y de los pobres, los preferidos de Dios.
El
testimonio es profético
Por último, está el camino del
testimonio, con el ejemplo del beato Carlo Acutis, un joven que "no cayó
en la trampa, sino que se convirtió en testigo de la comunicación".
El testimonio es profecía, es
creatividad, que libera y empuja a arremangarse, a salir de la zona de confort
para asumir riesgos. Sí, la fidelidad al Evangelio postula la capacidad de
arriesgarse por el bien. E ir contracorriente: hablar de fraternidad en un
mundo individualista; de paz en un mundo en guerra; de preocupación por los
pobres en un mundo intolerante e indiferente. Pero esto sólo puede hacerse con
credibilidad si antes se da testimonio de aquello de lo que se habla.
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