Mensajes | Salvatore Cernuzio
Orientar la inteligencia artificial a una
comunicación humana
“Inteligencia artificial y sabiduría del corazón para
una comunicación plenamente humana” Así se titula el Mensaje del Santo Padre
Francisco para la 58ª Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales que se
hizo público hoy, en concomitancia con la memoria litúrgica de san Francisco de
Sales, obispo de Ginebra, doctor de la Iglesia, fundador de la orden de la
Visitación y patrono de la prensa católica
Fake
news y deep
fakes, echo chambers, machine learning, social media. Nuevas herramientas, nuevos canales, nuevas oportunidades pero, al mismo
tiempo, nuevas "patologías" y trampas, especialmente para el campo de
la comunicación, que corre el riesgo de acabar sometido a la
"contaminación cognitiva", es decir, a la alteración de la realidad a
través de narraciones falsas, mensajes de voz falsos y fotografías falsas
(incluso el Papa ha sido objeto de esto), o a la anulación del valioso papel de
los reporteros sobre el terreno, especialmente en escenarios de guerra.
El Papa Francisco vuelve a reflexionar sobre la IA en
su Mensaje sobre el tema Inteligencia artificial y sabiduría del
corazón: por una comunicación plenamente humana que firmó en San Juan
de Letrán el 24 de enero, fiesta de San Francisco de Sales, patrono de los
periodistas. El Pontífice mira con admiración y preocupación la evolución de
los sistemas que están "modificando radicalmente incluso la información y
la comunicación" y, "algunos de los fundamentos de la convivencia
civil".
“Es un cambio que afecta a todos, no sólo a los
profesionales”
La importancia
de los reporteros
El Papa reflexiona en particular sobre el mundo del
periodismo, la información sobre las guerras y esa "guerra paralela"
a través de las campañas de desinformación. "Cuántos reporteros son
heridos o mueren sobre el terreno para permitirnos ver lo que han visto sus
ojos", escribe Francisco, "sólo tocando con las manos el sufrimiento
de niños, mujeres y hombres, se puede comprender lo absurdo de las
guerras."
El Papa reflexiona en particular sobre el mundo del
periodismo, la información sobre las guerras y esa "guerra paralela"
a través de las campañas de desinformación. "Cuántos reporteros son
heridos o mueren sobre el terreno para permitirnos ver lo que han visto sus
ojos", escribe Francisco, "sólo tocando con las manos el sufrimiento
de niños, mujeres y hombres, se puede comprender lo absurdo de las
guerras."
“El uso de la inteligencia artificial podrá contribuir
positivamente en el campo de la comunicación si no anula el papel del
periodismo sobre el terreno, sino que, por el contrario, lo respalda; si
aumenta la profesionalidad de la comunicación, responsabilizando a cada
comunicador; si devuelve a cada ser humano el papel de sujeto, con capacidad
crítica, respecto de la misma comunicación”
No endurecerse
ante lo nuevo, sino permanecer sensibles a lo que no es humano
Ante la acelerada difusión de "inventos
maravillosos" que suscitan "un asombro que oscila entre el entusiasmo
y la desorientación", el Papa invita a preguntarse: "¿Cómo permanecer
plenamente humanos y orientar hacia el bien el cambio cultural en curso?".
Mientras tanto, "hay que despejar el terreno de
lecturas catastrofistas y de sus efectos paralizantes"; por tanto, como
dice Romano Guardini, "no hay que endurecerse contra lo 'nuevo' para
intentar preservar un mundo bello condenado a desaparecer". Al mismo
tiempo, sin embargo, hay que permanecer "sensibles" a todo lo que es
"destructivo" y "no humano". Es decir, hay que recomenzar
desde el corazón "en esta época que corre el riesgo de ser rica en
tecnología y pobre en humanidad". Necesitamos sabiduría, prosigue
Francisco, y no podemos exigírsela a las máquinas.
“No se trata, pues, de exigir que las máquinas
parezcan humanas; sino más bien de despertar al hombre de la hipnosis en la que
ha caído debido a su delirio de omnipotencia, creyéndose un sujeto totalmente
autónomo y autorreferencial, separado de todo vínculo social y ajeno a su
creaturalidad”
El peligro de
las fake news
Es una antigua tentación del hombre "llegar a ser
como Dios sin Dios". Y "toda extensión técnica del hombre puede ser
instrumento de servicio amoroso o de dominación hostil", subraya el Papa.
“Los sistemas de inteligencia artificial pueden
contribuir al proceso de liberación de la ignorancia y facilitar el intercambio
de información entre pueblos y generaciones diferentes”
Pero también pueden ser instrumentos de
"contaminación cognitiva", es decir, aquellas fake news que
se sirven del deep fake, de la "creación" y
"difusión de imágenes que parecen perfectamente verosímiles pero que son
falsas (a mí también me ha pasado)", o de "mensajes de audio que
utilizan la voz de una persona diciendo cosas que esa misma persona nunca ha
dicho". La simulación en su base "se vuelve perversa cuando
distorsiona la relación con los demás y con la realidad", advierte el
Pontífice.
Oportunidades y
riesgos de los social
El Papa también se detiene en las redes sociales, que
son "herramientas que en las manos equivocadas podrían abrir escenarios
negativos". "Como todo lo que ha salido de la mente y de las manos
del hombre, también los algoritmos no son neutros", señala Francisco, y
pide una "acción preventiva", proponiendo modelos de regulación
ética. El llamamiento se dirige de nuevo a la comunidad internacional para que
formule "un tratado internacional vinculante que regule el desarrollo y el
uso de la inteligencia artificial en sus múltiples formas".
“Grandes posibilidades de bien acompañan al riesgo de
que todo se transforme en un cálculo abstracto, que reduzca las personas a
meros datos, el pensamiento a un esquema, la experiencia a un caso, el bien a
un beneficio, y sobre todo que acabemos negando la unicidad de cada persona y
de su historia, disolviendo la concreción de la realidad en una serie de
estadísticas”
"La revolución digital puede hacernos más
libres", añade el Pontífice, subrayando que, sin embargo, "no es
aceptable que el uso de la inteligencia artificial conduzca a un pensamiento
anónimo, a un ensamblaje de datos no certificados, a una irresponsabilidad
editorial colectiva". La representación de la realidad en big data
corre el riesgo de "dañar nuestra misma humanidad".
Preguntas
cruciales
De ahí una serie de preguntas para reflexionar sobre
el presente y el futuro, punto central de todo el Mensaje pontificio:
¿Cómo proteger la profesionalidad y la dignidad de los
trabajadores del ámbito de la comunicación y la información, junto con la de
los usuarios de todo el mundo? ¿Cómo garantizar la interoperabilidad de las
plataformas? ¿Cómo garantizar que las empresas que desarrollan plataformas
digitales asuman la responsabilidad de lo que difunden y de lo cual obtienen
beneficios, del mismo modo que los editores de los medios de comunicación
tradicionales? ¿Cómo hacer más transparentes los criterios en los que se basan
los algoritmos de indexación y desindexación y los motores de búsqueda, capaces
de exaltar o cancelar personas y opiniones, historias y culturas?
Una vez más, el Papa pregunta:
¿Cómo garantizar la transparencia de los procesos de
información? ¿Cómo hacer evidente la autoría de los escritos y rastreables las
fuentes, evitando el manto del anonimato? ¿Cómo poner de manifiesto si una
imagen o un vídeo retratan un acontecimiento o lo simulan? ¿Cómo evitar que las
fuentes se reduzcan a un pensamiento único, elaborado algorítmicamente? ¿Y cómo
fomentar, en cambio, un entorno que preserve el pluralismo y represente la
complejidad de la realidad? ¿Cómo hacer sostenible esta herramienta potente,
costosa y de alto consumo energético? ¿Cómo hacerla accesible también a los
países en desarrollo?
Nuevas
esclavitudes y conquistas de la libertad
A partir de las respuestas a estas preguntas,
"entenderemos si la inteligencia artificial acabará construyendo nuevas
castas basadas en el dominio de la información, generando nuevas formas de
explotación y desigualdad" o, insiste Francisco, si "traerá más
igualdad", promoviendo una información correcta y una mayor conciencia del
paso del tiempo.
“Por una parte, se cierne el espectro de una nueva
esclavitud, por la otra, una conquista de la libertad; por un lado, la
posibilidad de que unos pocos condicionen el pensamiento de todos, por otro, la
posibilidad de que todos participen en la elaboración del pensamiento”
La respuesta no está escrita, depende de nosotros:
"Depende del hombre decidir si se convierte en alimento de algoritmos o si
alimenta su corazón con libertad".
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