Meditaciones | Sandy Yanilda Fermín
Fiesta de Corpus Christi
Nuestra capilla lleva por nombre Santísimo
Sacramento, y realizamos un triduo para celebrar la fiesta del Cuerpo y la Sangre
de nuestro Señor Jesús. Este jueves 30 de mayo 2024, con la procesión de toda
la comunidad junto al Vicario Padre Federico Marcial, exaltamos la
presencia real y viva de nuestro Señor Jesús, tal como se ve en la imagen de la
foto, donde los niños entregan las especies al sacerdote simbolizando el
milagro de amor más grande, la entrega de su cuerpo y su sangre a todos
nosotros para salvarnos de nuestros pecados.
Mientras caminábamos, cantábamos; ahí en la eucaristía
esta nuestra comunión: “Tú cuerpo, tu sangre, me da vida señor, me da vida”.
Al entrar a la capilla, el padre nos invitó, a hacer unos minutos de silencio
para que cada uno de nosotros pida una gracia, al Santísimo Sacramento.
Las palabras del padre Federico Marcial, nos
dicen que hoy Jesús está actuando en nuestras vidas de una manera presente en
la eucaristía y que con la transustanciación el pan y el vino, se convierten en
el cuerpo y la sangre de Jesucristo. Nos invita a compartir con los demás, esa que
fue su misión y que nos arrodillemos con el corazón, a los pies de Jesús.
Nos decía, además, que nos dejemos invitar por el mismo Santísimo Sacramento, que
ninguno de nosotros entremos a una iglesia, sin entrar al santísimo a orar.
Estuvo visitándonos el coro de la Armada Dominicana
y las comunidades de Divino Niño, El Buen Pastor y San Pablo de la Cruz.
Personas devotas a la santísima eucaristía.
En otro orden, tuvimos el honor y la oportunidad de
tener el primer día del triduo, a nuestro antiguo párroco Roberto Solano,
que de una manera admirable y una dioscidencia muy hermosa, cumplía 18 años de
sacerdote y, como la bondad de Dios se ha manifestado en él, a lo largo de su
trayectoria como sacerdote, eso nos lo dijo al hablar de la lectura del joven
rico.
El segundo día del triduo, el Padre Ali, nos
dice en su prédica que en la santa eucaristía hay que tener fe, ya que muchos
de nosotros, no tenemos fe. Tenemos que tener ojos de fe. No podemos ver, cómo
los demás ven el mundo, sino verlo con los ojos de Jesús.
Nos decía, además, que Jesús es el alimento que nos
nutre. Es la fuente de la vida cristiana. Es la fuerza para seguir
luchando contra las cosas del mal. No sólo venimos a recibir, tenemos que
creerlo. Los sacramentos necesitan fe. Pero el Señor nos muestra su amor y
misericordia. Ese cuerpo y ese vino, no es el vino, no es el pan, sino es el
cuerpo del Señor. El que come mi carne y bebe mi sangre, vida eterna tendrá.
Caminar hacia la santidad no es ser perfecto, sino
caminar hacia la perfección. A pesar de los pecados, camino y recibo su gracia.
Cada vez que vivo la palabra y escucho la eucaristía, vivo su gracia.
Recibimos el cuerpo del Señor, para dejar cosas atrás,
para seguir al Señor. No poner en el centro de nuestra vida cosas materiales,
sino la santa eucaristía, que es el centro del corazón. Que nada
nos esclavice, dejar las cosas del mundo para hacer la voluntad del Señor. La eucaristía es alimento y presencia de Cristo,
a quien adoramos. Es vivirlo con toda la devoción, ¡qué lindo es alabar al Señor!
Pablo Beltrán, en el tercer día del triduo, nos decía
en su prédica que nuestra capilla tiene como patrono el Santísimo Sacramento,
que nosotros representamos el sentido de la Iglesia y la comunión de la Iglesia,
eso es una gracia.
Nos decía que Jesús es el cordero que hace el sacrificio
por nosotros. Somos una obra única de Dios en todo el universo. Somos su gloria
y en él nos encontramos. Él es nuestra felicidad y todo nuestro ser.
“Si el espíritu de Dios no ha llegado a tu corazón, yo
te pregunto qué está pasando”. Clama a él y tus veras, y así comprenderás que
el espíritu de Dios te está tocando, así cantaba Favio junto a sus compañeros
del coro para alegrar nuestra fiesta.
Cada Corpus Christi, el Espíritu Santo de Dios se
manifiesta de una manera extraordinaria en cada uno de nosotros. Nuestra
capilla se resplandece y es revolucionar todo, desde la creatividad, la parte
espiritual y todo un equipo trabajando arduamente, junto a nuestro ministro
Robert Beltrán. Es un honor y siempre será una alegría inmensa, trabajar para
el Señor, todos los días en cada encuentro en la santa eucaristía.
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