El inaceptable crimen de la violación sexual

Vida Humana | Melania Emeterio R.

 

El inaceptable crimen de la violación sexual

 

A más de 20 años de haberse declarado el 25 de noviembre, como el Día Mundial de la No Violencia contra la Mujer, designación de Naciones Unidas, en nombre de las hermanas Mirabal, hiere y duele decirlo, pero esta forma de violencia se ha enseñoreado, y las víctimas, como esto es un desafío de la cultura e ideología patriarcal, son cada vez más. Todo parece indicar que no se ha hecho lo que hay que hacer. Como un desafío afrentoso, tremendista y vulgar a la ley, a la ética, y al razonamiento mínimo, es que se puede calificar la violación sexual de una menor de 13 años, de parte de dos profesores en una escuela de San Pedro de Macorís. Un hecho, que sepamos, sin precedente por ser no uno, sino dos profesores, conforme a todas las informaciones que han sido publicadas.

 

Casos tan aberrantes como este me motivan a hablar mucho sobre él, al menos en estos momentos de impotencia y de vergüenza sobre la condición humana, o mejor dicho de algunos humanos. Lo único a lo que llamo, pido a la familia de esa menor, es que, en estos días, y en ningún otro momento, permitan la visita de ningún abogado o abogada de los implicados en el caso. Tampoco permitan la visita de familiares o de amistades de esos dos señores. Estas visitas VAN TRAS EL NEGOCIO. Van a ofrecerles dinero a cambio del abuso y de la dignidad de su hija y de ustedes como familia. Van a decirles que acepten esa cantidad de dinero, pues nada se gana con una gente presa, que ya el hecho pasó y, que al menos su hija no está muerta, como ha sucedido con otras niñas.    

 

La cantidad de abogados y abogadas que se han prestado a esa acción vergonzosa y carente de dignidad y respeto por la ley y la persona, son de gran cantidad. Deben saber que ese dinero así ganado, es un dinero sucio, pero no reparan en esto. Si alguien que lee este mensaje, conoce a esa familia que hoy le tocó este sufrimiento, y esta afrenta, deles esta sugerencia de mi parte.