Papa León XIV | Sebastián Sansón Ferrari
El Papa León XIV pide una
renovada misión evangelizadora
En su
audiencia a los directores nacionales de las Obras Misionales Pontificias que
participan en la Asamblea General, el Santo Padre reafirma el papel esencial de
las Obras Misionales Pontificias en la evangelización global, exhortando a la
Iglesia a ser misionera de esperanza y unidad. También invita a los misioneros
a ser "fermento de concordia" en un mundo marcado por la división y
la injusticia.
El Papa León
XIV subrayó la centralidad de las Obras Misionales Pontificias (OMP) para la
evangelización global y su papel en la promoción de una Iglesia universal y
misionera durante la audiencia, el jueves 22 de mayo, a los directores
nacionales de la organización que celebra su Asamblea General anual del 21 al
28 de mayo en Roma.
El Sucesor de
Pedro expresó su profundo agradecimiento a los miembros de las OMP por su
“servicio comprometido” y por la dedicación de sus colaboradores. Recordó que,
desde su experiencia pastoral en Perú, ha podido constatar de primera mano el
impacto positivo de las OMP en la vida de las comunidades eclesiales más
jóvenes.
Un trabajo vital en las zonas de misión
El Papa
subrayó las múltiples iniciativas que las OMP coordinan para apoyar a las
Iglesias jóvenes. Entre ellas, mencionó el trabajo de la Obra para la
Propagación de la Fe, que apoya proyectos pastorales y catequéticos, la
construcción de iglesias, y la atención a necesidades educativas y sanitarias.
También hizo referencia a la Obra Misional Pontificia de la Santa
Infancia, que contribuye con programas de formación cristiana para niños y
asegura su protección en contextos vulnerables.
Asimismo,
destacó la labor de la Obra de San Pedro Apóstol, que cultiva
vocaciones misioneras, y la Unión Misionera, que se encarga de la
formación de sacerdotes, religiosos y fieles laicos para el trabajo misionero.
Para el Papa,
estas obras son un testimonio vivo del compromiso de la Iglesia con la misión.
Desde su punto de vista, las OMP no solo realizan un servicio vital en la
propagación de la fe, sino que también responden a las realidades de un mundo
cada vez más necesitado de paz y reconciliación.
“Nuestro
mundo, herido por la guerra, la violencia y la injusticia, necesita escuchar el
mensaje evangélico del amor de Dios y experimentar el poder reconciliador de la
gracia de Cristo”, afirmó el Papa, citando su homilía de inicio de pontificado
el 18 de mayo de 2025. En ese contexto, resaltó la urgencia de una Iglesia
misionera que, “con los brazos abiertos al mundo, anuncia la Palabra” y se
convierte “en fermento de concordia para la humanidad”.
Un llamado a la unidad y la universalidad
Uno de los
momentos más significativos del discurso fue cuando el Papa reflexionó sobre
dos aspectos fundamentales de la identidad de las OMP: la comunión y
la universalidad. León XIV instó a los directores nacionales a
cultivar un profundo sentido de comunión entre los miembros de la Iglesia,
entendida como una “comunión de creyentes animada por el Espíritu Santo”. Esta
comunión nos conecta con el misterio de la Santísima Trinidad, fuente de unidad
y armonía para todos los cristianos: “Es en la Trinidad en quien todas las
cosas encuentran su unidad”, afirmó. Para el Papa, esta visión de la Iglesia
como comunión no solo debe formar parte de nuestra vida espiritual, sino que debe
inspirar nuestras acciones misioneras.
“Esta
dimensión cristiana de nuestra vida y misión la llevo en mi corazón, y se
refleja en las palabras de san Agustín que elegí para mi servicio episcopal y
para mi ministerio pontificio: ‘In Illo uno unum’” (En Él, somos
uno).
Con estas
palabras, León XIV recordó que la unidad de los cristianos en Cristo es
esencial para llevar a cabo la misión evangelizadora. Esta comunión, que
trasciende culturas, lenguas y tradiciones, debe inspirar una visión universal
de la misión de la Iglesia, alentando a los misioneros a ir más allá de los
confines de sus propias parroquias y países para llevar el Evangelio a todos
los pueblos.
El Papa
también aprovechó la ocasión para resaltar el carácter global de las OMP, que
son un modelo de la universalidad de la misión de la Iglesia. Al referirse al
proceso de renovación de los estatutos de la institución, expresó su confianza
en que este esfuerzo reafirmará el papel de las Obras Misionales como “fermento
de celo misionero dentro del Pueblo de Dios” en todo el mundo. “Un enfoque
renovado en la unidad y universalidad de la Iglesia corresponde precisamente al
carisma auténtico de las Obras Misionales Pontificias”, aseguró.
El llamado a ser misioneros de esperanza
El Sucesor de
Pedro también hizo un llamado a los misioneros para que sigan adelante con su
misión en tiempos difíciles. En medio de un mundo marcado por crisis y
divisiones, la esperanza cristiana sigue siendo la respuesta.
Antes de
concluir su intervención, el Pontífice animó a los directores nacionales y a
los miembros de las OMP a seguir promoviendo la Jornada Mundial de las
Misiones, que se celebra cada año el penúltimo domingo de octubre. Este evento,
apuntó, es un importante recordatorio para todos los fieles de la
responsabilidad misionera que tienen como miembros del Cuerpo de Cristo.
Asimismo, alentó a los directores nacionales a priorizar las visitas a las
diócesis y comunidades para sensibilizar a los fieles sobre la importancia de
apoyar a las Iglesias jóvenes y en crecimiento.
Finalmente, el
Romano Pontífice concluyó su discurso encomendando la misión de las OMP a la
intercesión de la Virgen María, Madre de la Iglesia, y les impartió con cariño
su Bendición Apostólica. "Les animo a seguir siendo ‘peregrinos de
esperanza'", concluyó, destacando la importancia de la misión como
testimonio de fe y esperanza en un mundo necesitado de la paz que solo Cristo
puede ofrecer.
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