jueves, 26 de junio de 2025

El elevado costo de tomar prestado al “prestamista”


La Escuela Económica | Esteban Delgado (@estebandelgadoq)

 


El elevado costo de tomar prestado al “prestamista”

 

María es una mujer emprendedora que ha logrado mantenerse bien económicamente más por su determinación que por sus capacidades. Es madre soltera, pero ya tiene casa propia, sus dos hijos son casi adultos y estudian, mientras que ella también ha decidido terminar una carrera universitaria, aunque más por deseo de tener un título que por necesidad.

 

¿De qué vive? Ella es prestamista informal. Una labor que desarrolla con poco capital, en términos relativos, que suficiente como para generar ganancias por el orden de los 200,000 pesos mensuales, según confiesa (es posible que sean más).

 

La conocí mientras ofrecía una breve charla sobre finanzas personales a un grupo de estudiantes. Yo hablaba de lo perjudicial que resulta tomar préstamos informales con una exagerada tasa de interés de 20% mensual, que resulta en un 240% anual.

 

Fue entonces cuando María levantó la mano para hacer una breve referencia: “Profesor -dijo- yo le presté hace un tiempo 200,000 pesos a una persona y no le pedí un 20% mensual, sino que fue a la mutad: un 10% mensual, por lo que él me pagaba 20,000 pesos mensuales”.

 

Luego continuó explicando que al cabo de un año y medio pagando intereses su deudor, quien por suerte tiene un negocio que le genera suficiente dinero como para pagar esa cuota, no le había pagado el capital y le pidió que le hiciera un descuento para pagárselo junto.

 

Ella accedió a que él le saldara la deuda con un aporte de 170,000 pesos en lugar de 200,000, lo cual implicó un descuento de un 15% de ese capital. “Pero, mire profesor -agregó María- cuando yo revisé, me di cuenta de que, en esos 18 meses, es decir, en un año y medio, él me había pagado en intereses 360,000 pesos, o sea, casi el doble de la deuda que todavía seguía teniendo conmigo”.

 

Entonces, ese cliente de María terminó pagando, en un año y medio 360,000 pesos de interés más otros 170,000 pesos de saldo de la deuda (con descuento), para un total de 530,000 pesos. Y eso, que ella le estaba cobrando una tasa de 10% mensual. Por lo regular es un 20% cada mes.

 

Lo anterior pone de manifiesto cuán perjudicial para el bolsillo de la gente resulta tomar préstamos informales con esas exageradas tasas de interés. ¿Quiénes incurren en esa práctica? Generalmente, aquellos que trabajan en la informalidad y no tienen acceso a préstamos formales en los bancos, los cuales cobran tasas de interés que, en el peor de los casos, no pasarían de 36% anual, es decir, apenas un 3% mensual.

 

Pero también lo hacen quienes, estando en la formalidad, han acumulado tantas deudas de préstamos anteriores o de tarjetas de crédito, que dejan de ser sujetos de crédito para los bancos y terminan recurriendo al prestamista informal.

 

Se usa mucho esa práctica por, además, el préstamo informal tiene la característica de que solo se pagan intereses durante la vigencia del compromiso y es al final cuando se debe pagar el capital. Incluso, hay casos como el de aquel cliente de María, en que se puede exceder el plazo para pagar siempre que se continúen pagando los intereses. Ese préstamo era a un año y ya tenía un año y medio pagando, hasta que decidió saldar ese compromiso para no continuar drenando sus finanzas con la elevada tasa de interés que pagaba.

 

Hay algunas personas a quienes el préstamo informal no les afecta tanto, porque pueden pagar los intereses. Esos son aquellos que se dedican al comercio informal y generan suficiente dinero para pagar el elevado costo que implica. Pero, en todo caso, si les alcanza para pagar y les sobra, no se ven en la necesidad de recurrir al crédito formal, aunque esa forma de vida les implica un costo que bien podría convertirse en un ahorro.

 

Para éstos últimos, el préstamo informal no resulta tan perjudicial. Pero para quienes son asalariados, tomar préstamos informales cada mes para completar sus necesidades corrientes, es sencillamente fatal, pues te sumerge en una deuda en forma de bola de nieve que cada día crece más y te “enlía” más hasta hacer más difícil encontrar la salida de ese círculo vicioso. Cuidado con eso. Deje de perder dinero y haga un pequeño sacrificio para saldar lo que debe y convertir en ahorro lo que actualmente paga de intereses.

 




 

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